28 ago 2013

La ventana cruel

En columna

José Paz



 A uno, que el verano le ha llevado mucho más lejos de lo que con seguridad es digno de merecer, asoma la cabeza y mira, no sin temor, por el ventanuco del miedo y ve de lejos, a muchos kilómetros de distancia, la misma columna de humo de la sinrazón que se apodera de todo en el horizonte imposible de futuro y esperanza.
Uno sabe que asomarse es sinónimo de vértigo de suicida, de aquél que pone al límite su caudal creativo que debiera envolver el meandro de toda existencia. Cuesta pensarlo, más admitirlo, pero el escenario en lontananza semeja demasiado alejado de un páramo de virtudes, a un territorio extraño e inerte carente de materia gris que resuena a eterno lamento; también a enfrentamiento pueril por cuantificar las cifras del abismo. 
   Desde el altillo de miedo la sempiterna cancioncilla del desaliento resuena cuan melodía diabólica; desalentador otra vez más que el crepitar de las llamas se sume a torticeros argumentos a la contra, a nuevas razones frente a la esperanza de porvenir; a uno que le gustaría ver alguna vez nuevas de esos territorios que se inscriban sobre el haber y se olviden del debe, se siente obligado también a sumarse al duelo cansino; razones imposibles para una tierra demasiado acostumbrada al sepelio de compañía, a salvas de pega con presencia de plañideras que desaparecerán, como siempre, con la presencia de las primeras lluvias. 
Ourense no arde, se inmola lentamente. La música no cesa ni siquiera al alba, en melodía aplastante que nos atenaza frente al destino. Nada de todo esto es nuevo, suena simplemente a cancioncilla que se remoza cada verano como esos lúdicos hits de pega, melodías de ausencia, en medio de unos territorios que de desestructurados que van pronto serán imposibles. Detrás de cada incendio está siempre, por una razón u otra la mano del hombre, como ya nos hemos hartado de contemplar estadísticas de escenarios carbonizados por la desesperanza, mejor apuntarse a aquellos que reverdecen, y preguntarse el porqué.

*Publicado en La Región 28/08/2013

En puro equilibrio #Moda # María Vázquez

De Moda
María Vázquez, actriz


José Paz




Es una chica especial, y se nota. Su  físico la lanza a un punto distante, la desequilibra pero ella vuelve. Hoy muy en el papel de madre, sus dos pequeños la reclaman y ella los amamanta de pasión y de besos.
  Probó suerte muy pronto en Madrid, con dieciocho añitos, ella cuenta que la historia tenía truco que allí estaba su hermana mayor para echarle un clave. Es de las actrices gallegas que más ha trabajado fuera, ahí el mérito es enteramente suyo.
  De pequeña quería ser bailarina, “mi mayor virtud era la expresividad, más que el baile”, ahora se acomoda su cuerpo menudo en cualquier papel que la reclame, salvo que se los pidan a la vez, que es donde reconoce los límites. "Mejor en el registro de comedia que no drama, aunque el personal piense lo contrario". Se le ve feliz, correspondida por los suyos que la acompañan como una troupe, de otra manera con esas criaturitas que lucen más que dos soles no sería posible.
  La sesión es especial como la propia María Vázquez, en la casa familiar de A Barrela, donde pasa unos días y domina al paisanaje que la quieren y la admiran a partes iguales. A Barrela es un pueblo dispuesto al paisaje en el que el trazado se dispone para ser cultivado; así entre pequeños cultivos y parcelas recién recolectadas, en un ambiente de silencios fértiles trenzamos una sesión en las que la chica muestra un físico de claros contrastes y una expresividad plena.

*Publicado en La Revista 18/07/2013

27 ago 2013

Drag queen de película #Divine#Iconos

Iconos

Foto: Divine, Shake it up, 1983.
Autor: R. Vinke.


  En el caso de Harris Glenn Milstead (1945, Baltimore-1988, Los Ángeles), Divine, es difícil separar al hombre del personaje ideado para amortajar los miedos en una sociedad no precisamente tolerante; con un sobrepeso desde niño y unas maneras muy afeminadas, su adolescencia no fue sencilla.
Divine se dio a conocer como musa del director John Waters, en unos papeles que le servían para dar rienda suelta a su alter ego, el de ese ser orondo vestido de mujer, pequeña melena rubia electrizada y amplio maquillaje para intensificar el misterio de una ambigüedad pretendida; su musa preferida era la actriz Elizabeth Taylor.
  Adalid perfecto para visibilizar la contracultura norteamericana de los años sesenta y setenta, Divine y Waters, también homosexual, idearon un mundo personal en el que los personajes discurrían plenos de histrionismo underground y escenas corales que hoy resultan, al margen del tiempo transcurrido, muy alejadas. Waters fue el responsable del propio nombre de Divine que se le ocurrió después de leer a Jean Genet, "Our lady Flowers" (1943), que relata la marginalidad de los homosexuales de la sociedad parisina.     A Divine el sobrenombre no pareció importarle, todo lo contrario, le pareció de lo más atinado para el mundo en el que deseaba moverse. Inspirado en el hacer fílmico de Andy Warhol, Waters construye sus primeras películas a mediados de los años sesenta, en 8mm, con una serie de amigos, David Lochary, Divine, Mary Vivian y Mink Stole, habituales en todas ellas. En "Roman Candles" (1966) ya aparecía Divine caracterizado de drag queen, aunque en aquella época su familia desconocía por completo la actividad de su hijo, que aparentemente era peluquero y más tarde montaría una tienda de ropa. Además películas como "The Diane Linkletter Story"(1969) abordaban temas inadmitidos legalmente como historias del LSD y el suicidio. Paralelamente a las películas con Waters, alguna tan conocida como "Pink Flamingos" (1971), Divine inicia junto a Mink Stole su carrera como performer y drag que le haría tan reconocido.
  En 1982, ya todo un personaje de culto, se atreve con el mundo del disco con notable repercusión. Su última película con Waters fue "Hairspray"(1988), el año de su muerte.

*Publicado en La Revista 18/08/2013

Un mafioso llamado Sinatra #Iconos# Frank Sinatra

Iconos
Foto: Frank Sinatra y Lucky Luciano.



 Lo que más impresiona del Hotel Nacional de La Habana no es su arquitectura, y eso que apabulla, sino el elenco de ilustres que deambularon por allí, son las imágenes de numerosos mafiosos, entre los que se encuentra el capo de todos los capos, Lucky Luciano, que en 1947 juntó en su refugio a toda la troupe mafiosa, a imagen y semejanza de otra celebrada en Chicago en 1932. Allí llegaron Santo Traficante de Florida, Carlos marcello de Nueva Orleáns, Tony Acardo y Charlie Gatillo Fácil de Chicago, Frank Costello, Giuseppe Maglioco y Willie Moretti de Nueva York; así hasta una docena, y todos controlados por el FBI. Junto a ellos un crooner de excepción, Frank Sinatra, el orgullo de los italoamericanos, llegado a iniciativa de Luciano. Lo cuenta Shawn Levy, en “The Rat Pack”. Otros apuntan que Sinatra acudió al encuentro con 3,5 millones de dólares en billetes de 50, con los que ayudó a que el capo construyera su imperio cubano. “Sinatra fue interceptado en un control de rutina en la aduana y fue obligado a abrir el maletín en el que ocultaba el dinero”, lo escriben Anthony Summers y Robbyn Swan, en “The life”, una biografía sobre el cantante. Según su relato, “La multitud, empezó a rodearlo y a empujarlo en cuanto fue reconocido”, acción que hizo que el agente aduanero –demasiado peliculero- le dejara pasar ignorando la maleta.
  Sinatra tuvo numerosos encuentros con el hampa, ellos controlaban los clubs más sonados y relacionaban a promotores y cantantes; natural de Hoboken, uno de los barrios más humildes de Nueva Jersey, allí la convivencia entre mafiosos y otros ciudadanos era la norma; para medrar, más en el negocio de la música, era necesario tratar con la mafia; sin olvidar que Luciano y Los abuelos de Sinatra eran de Lercara Friddi, en Sicilia.
  Innumerables historias relacionan al crooner con la mafia, la más narrada, el encuentro de Sinatra con el escritor Mario Puzo en un restaurante de Nueva York, al cantante no le había gustado nada el perfil de Johnny Fontaine, el personaje de El Padrino que supuestamente se inspiraba en el crooner. “Eres una mierda..”, le gritó el cantante puesto en pie mientras Puzo impávido comía un jugoso entrecot. Lo que no sabía es que Sinatra llevaba un revolver en la chaqueta.  

*Publicado en La Revista 25/08/2013

14 ago 2013

Periódicos de papel

En Columna

José Paz



En las vetustas facultades de periodismo se nos insinuaba con devoción que los pilares de la buena información, cuan ímproba búsqueda de la piedra filosofal, radicaba en dar una sugerente respuesta a la archiconocida fórmula de las 5 w: “who, what, when, where, why”, quién, qué, cuándo, donde, por qué, que daban cuerpo en puro arranque técnico a la estructura del lead con la que había que ganarse al lector antes de llegar al cuerpo de la información. La semana pasada Jeff Bezos, el inventor de Amazon, un vendedor de libros que supo trasladar con sumo éxito la emoción del libro de papel impreso a sus dispositivos Kindle sin que se le cambiara la cara de bobo, mudando eso sí en la decimonovena fortuna del mundo, anunció desde su refugio de Seattle que con las migajas de su multimillonario negocio se haría con un diario de referencia en la historia del periodismo como es el Washington Post, fundado en 1877.
El golpe, mayúsculo en estruendo sin comparanza, ha caído sobre el horizonte truncado del negocio periodístico como la bomba atómica sobre Nagasaki; quien no aventuraba más de veinte años al negocio periodístico en papel se hace con una cabecera icono en claro declive y con sus cuentas seriamente dañadas sin pestañear ni perder un ápice de aire angelical. El periódico, que tras su labor en el caso Watergate remató con la presidencia de Nixon, en manos de un tipo que proyecta viajes al espacio y se construye un reloj eterno. Como millonario que es podría clonar para sí cualquier proyecto periodístico sin despeinarse pero él, adalid de lo digital, plantea la humillación perfecta de hacerse con un diario que ha manchado con su tinta impresa los dedos de millones de lectores de papel a los que él no ve futuro.
Pocas experiencias hay más adictivas que leer un periódico impreso, dejarse seducir por el sensual movimiento de sus páginas vestidas de diseño para el baile matutino a golpe de café para que un agnóstico del ritual se lance a la yugular de un placer centenario. Lo digital también admite la cafeína, y el tránsito de los dedos, pero no es lo mismo. Es posible que lo analógico pronto sea un sucedáneo a la par que la pornografía en la red lo sea al sexo presencial, o la lectura de titulares al hecho de estar informado. De Bezos, que cuando inventó Amazon, le daban por muerto al poco de salir a bolsa, por insostenible, nos falta por conocer una de las claves mayúsculas, el why (el por qué). Uno no hace más que pensar en que Amazon, antes de llamarse así, se denominaba Abracadabra.

*Publicado en La Región 14/08/2013
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De manual y estilo #Moda#Belén Constenla

De Moda
Belén Constenla, actriz


José Paz





A Belén Constenla la vida le ha hecho soñar, y no sólo por oficio, que también sino porque desde muy niña descubrió que por sus venas discurría sangre de artista, plena de inquietudes. Aún se ve inmersa con la toalla puesta a la cintura interpretando papeles ante el espejo del baño, o reclamando la a entrada a niños como ella que acudían a verla actuar. Más tarde vendría ese peregrinar por todas las compañías de teatro gallegas, algo que no es fácil si no demuestras amigos y muchas virtudes.
Belén está en un momento de madurez envidiable, plena de experiencia y rodeada como todos por este invierno de precariedad cansina en el que andamos, y que en el caso de los actores, los papeles –por exigencias del guión- se limitan y restringen, como si en esta vida la paleta estuviera corta de color.
En la sesión descubrimos que la actriz ourensana sigue gloriosa como siempre con un punto bohemio, viajado a caballo de las olas y del viento que tanto le apasionan. Se muestra perfeccionista, colaboradora, dispuesta a aferrarse al cuerpo que el posado requiere.

*Publicado en La Revista 11/08/2013

12 ago 2013

Realidades de pega #Iconos#Lolo Ferrari

Iconos

Foto: Lolo Ferrari en Cannes, 1996.
Autor: Sipa Press/Rex Features.

Lolo Ferrari

  Quizás a un mundo de cartón piedra le corresponda una realidad de pega. Lolo Ferrari aborrecía el mundo tanto como su cuerpo, harta desde niña del recitar quejoso contra su porvenir, y así fue cómo, junto con su marido Eric Vigne, un tipo con pocos escrúpulos, se replanteó el suyo propio. Una monstruosidad, pensó su madre al verla tras la gran transformación. Su hija, una joven menuda que pasaría desapercibida de no cursar melena rubia y una vestimenta provocativa, lucía ahora unos pechos de 2,800 kilogramos que paseaba como mono de feria por los platós con la excusa de promocionar un disco espantoso de dos canciones: “Set me free” y “Airbag generation”.
   La francesa rubia platino admiradora de Brigitte Bardot y Marilyn Monroe se quiso distinguir con un par de armas prominentes aunque fueran a base de exagerado bisturí, pero no sólo se operó los pechos –diseñados por un ingeniero del Boing 747–, numerosos liftings, labios, pómulos y demás, acompañaban su delantera. Más de 20 operaciones para presentarse al mundo despampanante y voluptuosa.
   Se casó muy joven con Eric Vigne, mucho mayor que ella, quien ejercía de marido, manager, chulo y otras artes poco recomendadas. Eve Valois (1963, Clermont-Ferrand; 2000, Grasse), su nombre original, lo de Lolo –tetas en el argot francés– vendría por sus protuberancias, protagonizaría algunas películas porno aprovechándose del tirón de un físico que la castigaba con dureza -sus pechos le oprimían los pulmones y le impedían respirar-; participaría también en espectáculos nocturnos de dudoso gusto restregando sus bondades por los rostros de aquellos que recalaban en sus espectáculos.
  Consumidora habitual de antidepresivos y somníferos, apareció muerta un 5 de marzo del 2000 en su vivienda de Grasse. La encontró su marido por la mañana; argumentando que esa noche quiso dormir sola porque aquejada de una faringitis no deseaba despertarlo. La autopsia reveló muerte por ingesta de medicamentos; a los pocos meses se determinó que en realidad ésta se debió a una asfixia mecánica de la que su marido era sospechoso; tras un año en prisión no hubo lugar a juicio por falta de pruebas.

*Publicado en La Revista 11/08/2013

8 ago 2013

El cuerpo del delito #Verano

En Columna

José Paz

En medio de un panorama en el que los mandamases de la sinrazón planetaria nos siguen recordando que aún vivimos un 10% por encima de nuestras posibilidades, uno no puede evitar otra cosa que darse la vuelta en la toalla de la holgazanería y mirar de reojo a esa rubia despampanante de la toalla de al lado, o a la morena del fondo, o a aquella otra que sale cual Ursula Andress entre unas olas que invitan al chapuzón mañanero. Uno que prefiere una cervecita fresca y un poco de reflexión todo a cien se queda pensando en lo mucho que ha cambiado el panorama, ijncluso el playero. El personal retozado en la arena más que una croqueta insiste en dar la perorata de ocasión a fuerza de estar junto a ese mar de los amores y a la vez en contacto permanente con todas y cada una de sus amistadas, contactos en las redes y demás hierbas, los hay incluso que no abandonan la oficina, es que lo de las tecnologías son un primor, te permiten trabajar incluso cuando deberías estar durmiendo o consolando a la parienta hasta el amanecer.
Ahora el personal ya no luce tan solo el último modelo de baño que a ellas las hace tan monas y a ellos tan seductores; los hay incluso clónicos de un Cristiano Ronaldo que es ambidiestro, pero no nos alejemos, a todos les une ese terminal junto a los dedos para comprobar que aún estamos vivos y demostrar al mundo que, incluso muy por encima de nuestras posibilidades, somos capaces de comernos unas gambas al ajillo al tiempo que tecleamos a nuestras amistades lo fantástico que somos y lo bien que nos lo pasamos en esa calita de marras que es ya propiedad de nuestros sentimientos. Y para que quede constancia de todo ellos, les mandamos cada cinco segundos alguna imagen que refleje nuestro bienestar momentáneo de afortunados ciudadanos en un país de tirabuzones.
Para rematar, a uno que la mente se le dispersa más que el cuerpo, quisiera dejar la reflexión sobre la que debería haber ido la columna, la de los programas espía que nos permiten dejar más rastros que un caracol en fuga y que quien esté interesado los siga. No es ficción, es norma para la mayoría de las aplicaciones móviles, más allá de la CIA, incluso hay programas para rastrear infidelidades y otras mentiras. ¿Seguro que quieres seguir con el móvil en la mano?

*Publicado en el diario La Región 8/08/2013

5 ago 2013

La mirada plena #Sergio Larraín #Iconos

Iconos
Imagen: Valparaíso
Autor: Sergio Larraín, 1956

Sergio Larraín



  Sergio Larraín (1931-2012) nos dejó dos cosas, sus imágenes maravillosas y su propio existir, turbio y misterioso. Pocos fotógrafos se han cargado más de argumentos para apuntalar su leyenda, y eso que en un momento dado pensó que lo mejor sería retirarse del mundo, y así fue. Lo hizo en los ochenta, pero su obra pervive, el mito también.
     De personalidad compleja, el chileno huyó del padre, arquitecto de éxito, para refugiarse detrás de la cámara, con una mirada alejada de la sencillez y plena geometrías imposibles. La fotografía era para él “un ejercicio de vagabundeo en busca de la verdad”. Su contacto con la vida nocturna, con las drogas y su experimentación en primera persona forjaron una personalidad más esquizoide si cabe, siempre ha sido comparado con otro monstruo enfermizo de la creación, J.D. Salinger, a ambos les surgió un éxito temprano, los dos rompieron un día con el mundo.
  En 1958, vivió en Londres, en 1959, en París. Henri Cartier-Bresson lo introdujo en la Agencia Magnum, con un regalo envenenado, un reportaje por la Sicilia de la mafia y un personaje del hampa, Giuseppe Genco Russo. Una buena manera de ponerlo a prueba que lo llevó por Nápoles, Calabria y Sicilia, con más de 6.000 fotografías a cuestas, medio centenar del capo mafioso, algunas muy conocidas como la que aparece posando en su casa. Aquel viaje y otros posteriores a Irán, en la procura del Sha de Persia, hicieron según su propia hija, mella en el personaje.
“Lo que no te guste a ti no lo mires, tú eres el único criterio”, le indicaría años después -1982- en un mítico escrito de 870 palabras sobre la fotografía dedicado a su sobrino Sebastián Donoso. “No fuerces la mirada, porque se pierde la poesía y se enferma. Es como forzar el amor o la amistad”. Sin embargo Sergio Larrain, tras adentrarse en el éxito, después de posar su mirada eterna en los arrabales pecaminosos de Valparaíso, donde ejecutó algunos de sus mejores momentos, decide que lo mejor es replegarse sobre sí en la búsqueda de una espiritualidad que encuentra entre el silencio y la meditación retirado en un lugar recóndito del Ovalle chileno. La luz que persiguió durante mucho tiempo tras la cámara, le guió después su mundo interior. Seguro que su personalidad y el LSD tuvieron mucho que ver en todo ello.

*Publicado en La Revista 4/08/2013

Envolturas de silencio

E l invierno envuelve cada rama entrelazadas entre sí por el frío y la niebla que lo atrapa todo en un escenario de aventura. Todo es ...