30 sept 2014

Comparaciones Odiosas #Moda#Óscar Cabrera

De Moda

Óscar Cabrera, Xinzo de Limia, 31 años, técnico Laboratorio.
















Gasta planta y maneras para haberse ganado la vida como modelo, pero no, “no me veo sobre una pasarela, estaría tenso y vergonzoso”, dice, y así fue. Óscar Cabrera no se dejó seducir y eso que más de uno lo intentó, entre otros su hermano Iván Cabrera, primera portada de nuestra revista, quien ha hecho carrera en el mundo de la pasarela. Le gusta vestir bien y arreglarse, eso sí, pero también se nota que su hermano o la genética le han regalado maneras para posar; nada le resulta demasiado extraño, y eso se nota. Óscar es un chico sencillo, serio –insiste- , también vergonzoso, pero sabe posar y uno disfruta de sus maneras. Es una apuesta personal, tal vez, de cuando en vez toca; entre sus muchas facetas, ha jugado al fútbol –igual que su hermano-, y ahora hace labores de 2º entrenador a su equipo del Antela..
Óscar tiene aspecto seriote, y unos rasgos que atrapan la mirada, eso la cámara lo agradece. Una sesión corta, sencilla, pero que muestra las posibilidades que un chico así -uno piensa- ha dejado escapar, o no, ¿ustedes qué opinan?

*Publicado en La Revista 28/09/2014

28 sept 2014

Es ella, Brigitte Bardot #BB#Brigitte Bardot


El mito, en el almanaque biológico, cumple ochenta, en el otro va por los veinte, igualito que nosotros. El calendario de la historia es diferente, allí Brigitte Bardot (París, 1934) y su nuevo concepto de mujer nunca será otra cosa que una revolución de primavera, aunque a ella no le guste, aunque tenga que cargar con el peso de su propia historia, ni a nosotros nos apasione su posterior actitud, más allá de su guerra con los animales, o que su visión de la grandeur francesa sea admirable; el mito es otra cosa.


BB es nuestro icono, una visión rebelde a la que ella puso el cuerpo y a éste lo regó la suerte; BB es un bellezón dibujado en un cuerpo menudo, sin grandes alardes ni otros argumentos, con la carne sobre la mesa en el horizonte planetario de los 50, al que sacó lustre y escándalo. “Y Dios creó a la mujer”, 1956, con cara de lascivia mentecata, de adolescente descarada, pero no fue ella, ni siquiera, pienso, que fuera consciente de la transformación elaborada en su propio cuerpo de naturaleza privilegiada, ni siquiera el color de su pelo, moreno de raíz, sería argumento de permanencia, a partir de ahí sería rubio; ella se dejó llevar. A Brigitte la mudó de piel, literalmente, Roger Vadim, quien incluso fue su marido, mientras pudo; él fue también quien le puso la tentación de la carne entre las manos de Jean-Louis Tritignant, quien le abriría los ojos y las puertas de su corazón hasta que el cineasta descubriera en ellos la mascarada y ella que podría hacer carrera de amantes, hasta llegar al infinito y dejar desconsolado al personal con sus apariciones estivales allá en Saint Tropez, de la mano de Alain Delon, o de quien tocara, pero eso es otra historia.


Roger Vadim fue el visionario, quien la descubrió siendo una adolescente, quien la paseó por Cannes descalza y con la melena despeinada como un animalillo salvaje. Fue quién de cincelar en ella el cuerpo de la tentación libidinosa, sus propios ideales de una visión de la sensualidad femenina a la que estaba abriendo las puertas creativas; fue hace sesenta años. El cineasta fue quien plasmó en celuloide a una eterna Lolita siempre semidesnuda y descarada, inocente y aniñada e un referente sin final. Otros siguieron los pasos de Vadim; Francia estaba llena de aperturistas que ansiaban liberar de nuevo París porque se sabía que eran objeto de todas las miradas; Francia estaba llena de pornógrafos y mentes libidinosas con el sexo en la mano dispuestos a tomar las riendas y tirar de oficio. Serge Gainsbourg, otro tótem del momento, y no por su belleza, sino por sus dotes musicales y amatorias; con ella haría su afamada “Je t’aime moi non plus”, que ni siquiera ella se atrevió a firmar, o fueron otros quienes pensaron que una explícita melodía pudiera afectar a su carrera. Decía la pensadora feminista Simonne de Beauvoir , quien le dedicaría un ensayo “El síndrome de Lolita, Brigitte Bardot”, que “hiciera lo que le viniera en gana era lo que más perturbaba de ella”; no siempre fue así, aunque lo pareciera, alguien, en la industria, ponía los límites.


“Empecé siendo una pésima actriz y eso es lo que he seguido siendo, una pésima actriz”, dijo la actriz pocos años antes de dejarlo; nadie la estaba buscando por sus dotes interpretativas. Ella se había convertido en un sex-symbol, y todo lo que pudiera suceder eran efectos colaterales. La incursión de los medios de masas y su visión de una Lolita contemporánea estaban haciendo el resto. Poco importaba si las películas eran malas, el mal estaba hecho, llegaría “El amor es mi oficio”, 1958, y con él la lujuria, no había mente preparada para tamaño dispendio argumental, y no por el concepto, una vez más el único argumento sería ella. Brigitte hizo cuarenta películas, interpretó canciones e inspiró tendencias estéticas que no han aminorado un ápice a día de hoy, Claudia Schiffer, quien más explotó un gran parecido físico, Nicole Kidman, le deben infinitos argumentos, entre otras cuestiones porque todos vemos en ellas la prolongación de un deseo que viene de atrás. El peinado cardado de mechones sueltos ha sido durante décadas el paraíso para instalarse en la belleza femenina en una legión de imitadoras, y nunca falla, el resto ha de ser pose e ingenuidad ante la cámara.
Brigitte fue nuestra Marilyn, una mala actriz, pero muy sexy a quienes los directores dejaban entrever argumentos convirtiéndola en una mercancía sobrevalorada. Ella se benefició de todo aquello mientras pudo, a pesar de lo cansino y de que le resultaba “un rollo”, como en más de una ocasión ha confesado, y lo aguantó mientras pudo, en un horizonte biológico breve, pocos pueden a una edad de 39 años permitirse el lujo de decir adiós al personaje, a la incontrolable voz de rebeldía que ella había puesto en pie y hacer mutis por el foro, sin despedirse, porque nadie pensó que fuera en serio. Sólo tuvo un hijo, con el actor Jacques Charrier, al que, tras el divorcio, abandonó y con quien no se lleva y apenas se ven, la lucha en pro de los animales y refugiada en La Madrague le impidió otro tipo de atenciones; tampoco nadie ha buscado en ella a la madre Teresa de Calcuta, su generosidad tira de otros argumentos.

Brigitte Bardot, una diva atemporal y eterna, cumple años, 80, dice el calendario biológico, yo no lo creo. 

21 sept 2014

One, two, three, four! #Iconos#Johnny Ramone

Iconos
Foto: Johnny Ramone, 1978.
Autor:
Stephanie Chernikowski.

Foto: Stephanie Chernikowski.

Cuando Joey Ramone murió -2001-,  Johnny Ramone (Bronx, NYC, 1948 - Los Ángeles, 2004) tenía muy  claro que los Ramones habían terminado, “no había Ramones sin Joey, era irremplazable a pesar de lo pelmazo que era”. Lo cuenta en sus memorias John Cafiero, escritas a petición de la viuda de Johnny, Linda Danielle, a partir de entrevistas hechas en vida. Los Ramones se deshicieron en 1996, a raíz del último desencuentro, el cantante, Joey, se negaba a realizar una gira por Sudamérica. El grupo se deshizo después de dos décadas intensas, donde lo que primaba era mantener un negocio en común por encima de unas relaciones inexistentes y una banda en desfase permanente y desorganización, pero para eso estaba Johnny, un tipo duro y autoritario, republicano hasta la médula -Reagan y Bush eran sus referentes políticos-, pero también el único que había puesto freno a sus vicios cuando se dio cuenta que lo suyo era aquella banda formada en el verano de 1974 por Los Ramones, cuatro hermanos de ficción -Johnny, Joey, Marky y Dee Dee-, hoy ya todos fallecidos. Se llevaban mal, pero después de su disolución, Johnny siempre tuvo su mítica  guitarra acelerada, con acordes en quinta sin un solo que creó escuela, dispuesta al regreso, no por Joey, sino por Los Ramones, la banda estaba por encima de todo. Cuando Joey murió, en 2001, Johnny no le fue al entierro, "no iba a ir desde Nueva York -dijo- a eso, además yo no querría que él fuera a mi funeral o quisiera saber de él si me estuviera muriendo”. Ambos estaban enfermos. Johnny era un chico de barrio, hijo de un obrero de la construcción, y con eterna cara de cabreo bajo un corte de pelo estilo tazón; eran capaces de tocar veinte canciones en media hora, en un estilo punk con estribillos melódicos y repetitivos, de instinto pop, estrofa, estribillo, estrofa,;de hecho, End of the Century (1980) había sido producido por Phill Spector, un disco en el que sus guitarraeos habían sido terriblemente edulcorados y eso en un tipo como él le había desatado un cabreo existencial. A Spector no le interesaban Los Ramones, le interesaba Joey, un tipo con una tesitura vocal similar a los éxitos producidos en los 60 con grupos vocales femeninos. Nunca consiguieron el disco multitudinario que buscaban,o el dinero de la caja, pero son un referente, ¿o no?

*Publicado en La Revista 21/09/2014

Ella y otras 51 #Moda#Andrea Martínez

De Moda 

Andrea Martínez, Ourense, 19 años, modelo. 




José Paz






La belleza es un enigma difícil de juzgar que diría Dostoievski. La belleza, como afirmación en sí, nos discrimina por naturaleza. En el arte un objeto puede compaginar belleza y fealdad a partes iguales, aquí no, o sí, siempre quedará aquello de exaltar la belleza que se lleva -algunos ni eso- por dentro.
Uno invoca a la belleza porque es eso lo que se busca en los concursos del ramo, y porque a la hora de redactar estas líneas -de noche- es una forma de protegerse contra cualquier maleficio de la fealdad y el infortunio.
Los certámenes de belleza es lo que tienen, están llenos de medias verdades, de afirmaciones que no prosperan. Al final se invoca a la verdad verdadera, la que lo sintetiza todo en una decisión que pudiera no ser de justicia, o sí, pero es la que sale.
Andrea es nuestra belleza local, un bellezón de altura cincelado en la rapidez de un suspiro, el del tiempo que muda la piel de un capullo, lo transforma en flor y la envuelve maravillosamente. Es dulce y serena, y tiene mucho de la niña que fue y que ya no parece. Va dispuesta a aprender de la vida y del oficio, y a disfrutar si cabe. Gasta intuición e inquietud por abrirse en un duro oficio, pero no a cualquier precio; es jovencita pero tiene las ideas bien claras. En breve se verá las caras y se medirán los cuerpos, hace falta mucho valor, junto a otras chicas como ella. De nuevo dispuesta a dejarse llevar,  seducir, por las luces y la pasarela y a lucir belleza a los ojos de un jurado. Suerte.

*Publicado en La Revista 31/09/2014

15 sept 2014

El Poeta imaginario #Iconos#Nicanor Parra

Iconos

Foto: Nicanor Parra, 2012.
Autor: Pin Campaña.

Pin Campaña


El poeta es sorprendente, el poeta es él, un tipo atravesado acostumbrado a derribar las palabras hasta ponerlas patas arriba como quien trata de reinventar, si no el lenguaje en sí, sí al menos el poético; lo hizo a partir de las teorías de Ludwig Wittgenstein. La llamada antipoesía de Nicanor Parra (San Fabián de Alico, Chile, 1914) revolucionó el universo de los versos enfrentándose a la tradición lírica con la crudeza del lengaje seco de lo cotidiano. Neruda fue el primero en valorar la antipoesía de su compatriota Parra, después se llevaría no pocos improperios, “ampuloso” y “tonto solemne”, los más comedidos. Y es que la poesía de Nicanor Parra era como un quiebro al sistema, como una tempestad en la inmensidad del océano capaz de arrasar con todo lo establecido, y Neruda lo sabía: “me equivoqué contigo, pensé que no eras un poeta, pero sí eres un poeta. Si publicas un libro entero con esos poemas -Poemas y antipoemas, 1954-, no vas a dejar títere con cabeza”; así fue. La poesía chilena se dejaría llevar por la magia del maestro, y cambiaría de iconos dejando a un lado al mismo Neruda o al relamido nicaragüense Rubén Darío. A Neruda no le gustó nada los quiebros del maestro, la ironía y el sarcasmo que hacían mella en la cotidianiedad de sus versos, como en “Versos de salón”, 1962, del que el nobel se dio por aludido. “Durante medio siglo/ la poesía fue/ el paraíso del tonto solemne/ hasta que vine yo/ y me instalé con mi montaña rusa”. “Parece que quiere hacernos pensar”, dijo en respuesta Neruda. Neruda se convertiría con los años en una estrella planetaria, pero en torno al no poético de Parra se adscribieron un grupo de fieles de la talla de Alejandro Jodorowsky, Enrique Lihn, Armando Uribe o Jorge Teiller, alejados de la intensidad lírica y emocional de Neruda buscaban la coherencia en un entorno poético carente de rimas donde primaría la experiencia y un ejercicio de visionario sobre las incertezas del mundo.
“El hombre imaginario/ vive en una mansión imaginaria/ rodeada de árboles imaginarios/ a la orilla de un río imaginario”. Así arranca el hombre imaginario, uno de los más celebrados de un poeta que hoy es eso, un ser imaginario y centenario, apartado del mundo, al que le debemos el que nos hiciera abrir los ojos y huir de lo previsible como de la peste.

*Publicado en La Revista 14/09/2014

8 sept 2014

La última vez #Juantxu Rodríguez#Iconos#Panamá

Iconos

Imagen: Juantxu Rodríguez, Panamá.
Autoría: RTVE, 1999.



Era 21 de diciembre de 1989, en Panamá. Con la imagen en la retina, así, fría y seca. La misma que recorrió muchas redacciones, una imagen mala, precaria, capturada en la distancia. Era él, recogido sobre sí mismo en el medio de la calle, abrazado a su cámara.
El ejército norteamericano había invadido Panamá. Al general Noriega, en paradero desconocido, lo acusaban de narcotraficante, en su lugar, Guillermo Endara, acababa de firmar la presidencia en una de las bases del canal. En vísperas de la navidad, las noticias de la invasión de Panamá, ocupaban su espacio en las secciones de internacional, sin más; la que estaba por llegar nos enmudecería.
De Noriega uno recuerda su aspecto, de pelo grasiento y rostro granuloso y enrojecido, y sus declaraciones rimbombantes, como tantos caudillos aferrados al poder. Maruja Torres, la compañera del malogrado Juantxu Rodríguez, en una recreación de los hechos veinte años después, describiría el calor pegajoso y las ondulantes crestas de las palmeras bordeando el oceáno, como apuntalando el marco. Ella y Juantxu, estaban de paso, camino de un nuevo reportaje que recogería la labor de los jesuitas españoles en América Latina. Hacía un mes que habían asesinado a ocho religiosos españoles en la Universidad Centroamericana de la congregación con el rector Ignacio Ellacuría al frente. Se puede señalar que el servicio profesional en Panamá se presentaba sobrevenido. Con las primeras luces del día abandonaron el Marriot, el hotel propiedad de los americanos, con la disposición de recorrer la ciudad, y así fue. Los afines a Noriega estaban tomando rehenes en el hotel, a su regreso, los anfitriones serían las tropas norteamericanas y las calles un contínuo ir y venir de tanquetas. Los norteamericanos –apunta Maruja Torres- eran incapaces de distinguir a los suyos de los panameños, eran ellos quienes les habían dotado de indumentaria. Apostados frente al hotel junto al grupo de periodistas, la torreta de la que salía fuego de tiro y que se había llevado confundida por la vestimenta algunos de sus compatriotas, giró 45º y enfocó con fuego real a los periodistas. Todos corrieron a guarecerse junto al automóvil, Juantxu no, el siguió con su cámara disparando, era la última vez.

*Publicado en La Revista 7/09/2014

6 sept 2014

Tipos de pasarela #Moda#César Varela

De Moda

César Varela, 23 años, Modelo. 


José Paz







Son chicos de pasarela, saben lo que tienen entre manos y les gusta. Es probable que lo de la moda sea para él una cuestión coyuntural, pasajera, o no. quién sabe, pero a estas alturas de la película a César nadie le va a quitar ya el gustazo de lucir palmito ante jurado y salir airoso. El ourensano afincado en Ferrol ya sabe lo que es ganar un concurso de belleza, de esos que se selecciona al personal alejando impurezas, Al actual Caballero de Ourense, también lo fue de Lugo, la historia tampoco le quita el sueño demasiado, al menos por el momento, si algo viene por el camino lo recoge y punto; él lo tiene por hobby; lo que más le mola es el gimnasio, allí es donde cincela un cuerpo de muchos kilates, y también allí donde les guía a otros por donde llevar el suyo.
Le gusta posar, se nota, y lo hace con con una naturalidad que espanta. Un chico sencillo, así se define, de proporciones apolíneas que disfruta con lo que hace y de momento se conforma con endulzar la vida a otros.

*Publicado en La Revista 24/08/2014

Envolturas de silencio

E l invierno envuelve cada rama entrelazadas entre sí por el frío y la niebla que lo atrapa todo en un escenario de aventura. Todo es ...