30 jul 2013

Un superviviente... #Diego Durán #Moda

De Moda

Diego Durán, 34 años, Tui, empresario





José Paz



Quién nos lo iba a decir, como si la vida, que ya en sí es más que un reto, alguien desde el planeta catódico iba a ser capaz de inventarse un reto en el que la supervivencia a lo Robinson sería una experiencia vital para aumentar share, y además con éxito. En la experiencia televisiva, Diego Durán, un vigués ávido de aventura, quiso probar la pócima, afrontar el reto de los valientes; aún hoy se emociona al rememorar el momento, la vida es lo que tiene, las huellas no se olvidan, o uno tiene siempre la tentación de aferrarse a los mejores momentos. A Diego el barco a la deriva se le quedó anclado muy dentro, tanto que sería capaz de repetir. Un barco a la deriva rodeado de almas como la suya, sin prejuicio y con un apego vital a la aventura, dispuestos moldear el personaje de ficción. “Sabes que tienes familia y van a decir cosas feas de ti”. Uno tiene la sensación de que ante él todo son retos a los que se apunta a ver qué pasa; la sesión también. Luce músculo y le gusta seducir a la cámara a golpe de sonrisas inapelables; el músculo es de remar, “lo llevo haciendo desde niño”, lo de la sonrisa, es su forma de actuar.

*Publicado en La Revista 28/07/2013

28 jul 2013

Una sirena al natural #Iconos #Diane Webber

Iconos

Foto: Diane Webber, 1956
Autor: Peter Gowland

                          Foto: Diane Webber




 A Diane webber (Los Ángeles, 1932-2008) le apasionaba su cuerpo, a los norteamericanos que compraban las publicaciones donde ella aparecía desnuda, también.
Desde niña soñó con ser bailarina de ballet, pero a los dieciocho se conformó con ejercer de corista en un club nocturno de San Francisco. Ochenta dólares a la semana por cimbrear su cuerpo de perfección, tres sesiones diarias seis días a la semana. Cuenta Gay Talese, el escritor norteamericano que para relatar la vida sexual de los americanos se dejó la piel durante diez años al calor de sus fuentes, que la primera vez que Diane Webber se vio desnuda ante un grupo de personas en un cambio de vestuario con las coristas del grupo su cuerpo no paso desapercibido, alguien del grupo  le aconsejo posar desnuda a cambio de un dinerillo extra ante un profesor de arte; así lo hizo.
  De regreso a su ciudad natal se puso en contacto con lo más granado de la fotografía, uno a uno llamó “a gente como David Balfour y Keith Bernard, Peter Gowland y André de Dienes, William Graham y Ed Lange”, muy muy curtidos entre las estrellas de Hollywood; a todos la desinhibición de Diane impresionó tanto como su cuerpo de gloria, aunque su concepto de la desnudez era otro. En 1954, Diane Webber vestía ya todas las revistas masculinas del país, incluida Playboy, a cuyo promotor Hugh Hefner la propuso en dos ocasiones.
  La carrera de la modelo, bailarina y actriz estaba encarrilada, también su sentir naturista de la vida que la guiaría durante años. Casada con Joe Webber, compaginaría ya su activismo naturista con su pasión como bailarina, no ya de ballet, una lesión de rodilla se lo impedía, pero sí la danza del vientre, todo un descubrimiento para ella tras un viaje.
  En 1962 protagonizaría “The mermaids of tiburon”, de John Lamb, donde aparecía sumergida como una sirena. Lo del naturismo lo practicaron en familia durante años, incluso se atrevió con un libro sobre la experiencia, “Aquellos maravillosos Webbers”, hasta que desencantada con la deriva que para ella había tomado la práctica nudista, la abandonó. La danza continuaría en el tiempo hasta que le abrazó la enfermedad.

*Publicado en La Revista 28/07/2013

21 jul 2013

A actriz do momento #Moda #Uxía Blanco

De Moda

Uxía Blanco, Actriz, Loxo-Touro, A Coruña




José Paz








A vida non ten desperdicio, agás o tempo perdido en desaproveita-la vida. E fin. A sorte de facerse maior é que ao marxe de envellecer, enches o caixón da memoria de momentos xa pasados. A Uxía podémola enxergar no almanaque do tempo en moitos papeis, algúns de tránsito, outros de gran intensidade e acerto, como o que tivo na “Lingua das bolboretas”, de gran credibilidade, nembargante polo momento que pasará á historia, polo menos para nós, por darlle corpo a “Sempre Xonxa”, a xerminal película do cinema galego, que nos fixo crermos país, que a cultura era posible tamén en galego, e que o cinema patrio non era unha quimera. Craso erro.
  Uxía está coma sempre, non como aquela primeira vez que tiven a ocasión de fotografala con Chano Piñeiro –o heroe-, pero case, hoxe é xa esencia dun perfume notorio. Atrapámola no Vigo que lle da alma, o que sinte o calor na rúa e nas xentes que a queren e preguntan, acostumados a sentila preto na tele. Camiñamos a carón do porto deportivo, entre transeúntes e pescadores por matalo rato, deixándoa ollar cara dentro, cara ese caixón que leva ateigadode soños vividos. E sae unha sesión plena, como a propia Uxía.

* Publicado na Revista 21/07/2103

El aplomo del pirata #Iconos #Padilla

Iconos

Foto: Juan José Padilla, 2013.

Autor: EFE


Juan José Padilla / EFE


A Juan josé Padilla, torero de profesión, le queda de apego a la vida un hilo cuasi imperceptible y de poca firmeza. Uno que por los toros y los toreros siente una distancia de aprecio, hace muchos años que no pasa por alto la figura de este jerezano de aplomo, mucho antes de aquel maléfico 7 de octubre del 2011, en el que en una feria del Pilar un toro de "verdad" lo puso para siempre entre el umbral de la vida y en el pedestal de la épica.
  Al antaño Ciclón de Jerez, como le conocían en las plazas, se le sobrepuso uno nombre más propio de la imagen del desgarro manifiesto. A partir de entonces un Pirata de semblante, el Torero Pirata, o el Pirata Padilla darían apodo al torero de Jerez. Aquel toro le fulminó la visión de por vida al disponer el cuarto par de banderillas; fueron tan graves las heridas que el propio médico de la plaza lo dispuso en la mejor de las direcciones, en el hospital más próximo. No era la primera vez, ni será la última, en plenos Sanfermines del 2001 ya había sido víctima de otro encontronazo con una de las reses que estaba en lidia. Pocos hubieran pensado en que el torero saliera indemne de aquel accidente, ni siquiera de que librara el pellejo, mucho menos de que un día, más después de verle las secuelas, se atreviera de nuevo a torear; él que lo había hecho en muchas plazas de mala muerte no estaba dispuesto a bajarse del pedestal a la primera cornada.
  Los toreros de verdad sienten la muerte como parte de la indumentaria de trabajo, como ese filo exagerado de un oficio que respira de antiguo. Son los últimos héroes de la crueldad de un castigo infligido a las bestias a fuerza de arte y templanza, la tauromaquia lo requiere. No creo que sea moderno salir a hombros de una plaza de toros, ni enfrentarse a un animal de instinto a golpe de muletas al que se le desollara lo más brillantemente posible con público de testigo. No es moderno, es más bien rancio y antiguo, guiarse por el instinto y el arte para suplir diferencias de poderío entre el hombre y el animal, pero viendo a toreros como José Tomás, o al Pirata Padilla, uno siente que el arrojo y el desprecio a la vida avanza paralelo y amenaza, pero no tiene pequeño enemigo.
  Viendo las últimas imágenes del diestro jerezano saliendo a hombros de la Monumental de Pamplona rodeado de banderas piratas, uno, en los ojos de incrédulo no-taurino, siente que algo se le escapa.

*Publicado en La Revista 21/07/2013

15 jul 2013

Abbey Road, la calle #Iconos #The Beatles

Iconos

Imagen: Portada de Abbey Road.
Autor: Ian McMillan, 1969.

Ian McMillan

Hay imágenes parodiadas hasta la extenuación, la de los cuatro de Liverpool cruzando en Abbey Road se lleva la palma. Los remakes de aficionado se miden al peso.
A estas alturas de la película en la banda de John Lennon, Ringo Starr, Paul McCartney y George Harrison reinaba todo menos la convivencia; “Abbey Road”, su undécimo disco, que vería la luz el 26 de septiembre de 1969, sería la última de las grabaciones; el posterior “Let it be” ya estaba grabado. Más allá del disco, Abbey Road era una calle con sumo tráfico. Para la toma se acordó con la policía cortarla al tránsito de coches por un tiempo muy limitado, diez minutos; los peatones transitarían con normalidad.
  Lo de la indumentaria de los chicos es puro disparate, un reflejo de que la personalidad de cada uno de ellos iba ya más por libre que otra cosa; John encabezaba la comitiva ataviado con una chaqueta y pantalón blanco; Ringo, él sí, impecable y elegante como su música, embutido en un traje azul oscuro; Paul ejerciendo de espíritu libre, a su bola, descalzo y fumando como si la cosa no fuera con él; cierra la imagen un George hippie hasta la médula. La importancia de llamarse Beatles se extendió a la imagen y sus referentes. Uno de los vehículos estacionado sobre la acera, un Volkswagen blanco –LMW 281 F-, a cuyo dueño no consiguieron localizar, se haría casi tan famoso como el cuarteto. Con posterioridad a su propietario le robarían en numerosas ocasiones –a modo de souvenir- la matrícula del mismo, hasta que en un momento de la historia fue vendido para recalar más tarde en un museo alemán.
La imagen tomada el ocho de agosto de 1969 por el fotógrafo Ian  McMillan parapetado en lo alto de una escalera para permitirle ganar perspectiva sobre el fondo con una factura de lo más simple ha quedado en la retina de todos nosotros. Las órdenes al grupo bien claras que caminaran en fila unos detrás de otros. De la imagen se hicieron seis tomas, la elegida para el histórico álbum fue la quinta. Abbey Road es hoy un centro de peregrinación de todos los turistas que acuden a la City, y los remakes tan famosos como los de estos chicos, entre ellos, el más conocido es el de los Simpsons, a la altura del de lo integrantes desnudos de los Red Hot Chili Peppers también posicionados en el paso de cebra.

*Publicado en La Revista 15/07/2013

Cocinero antes que fraile #Moda#Flavio Morganti

De moda

Flavio Morganti, 51, Lecco (Lago de Como-Lombardía), cocinero

José Paz









“No me veo toda la vida friendo bistecs”, insiste un par de veces a lo largo del encuentro. Flavio Morganti, el cocinero apasionado de su oficio que renuncia a la nada desdeñable labor de alimentar estómagos ajenos porque su prioridad es dar rienda suelta a ese motor creativo, a ese arrojo por estar constantemente dándole vueltas a la cabeza para descubrir y descubrirse.
“En esta vida todo es cuestión de planificarse”, responde como justificando tamaña hiperactividad en un hombre pleno de ideas por hacer. Muchos le miran con ojeriza, otros no lo entienden, servidor tiene la impresión de que este hombre amable, con una elegancia innata en el porte, muchas de estas cuestiones le traen al pairo, él a lo suyo, a la cocina, a preparar sus “inventos” porque sí, lleva unos cuantos, el último de todos ellos un refresco; cuando puede saca lustre a su faceta de escritor. Vamos, un portento de vigor el de este italiano que hemos tenido la suerte de que recalara con nosotros.
La sesión la trenzamos como si fuera la elaboración de un plato, recopilando buenos ingredientes de aquí y de allí que elaboramos convenientemente, le buscamos acomodo sobre el plato y ya está. Buen apetito.

*Publicado en La Revista 14/07/2013

7 jul 2013

El calor del verano #moda

De Moda

Patricia Fernández, 18 años, Luanda, modelo


José Paz






De la pontevedresa Filgueira, aunque reside en Vigo, Patricia Fernández a sus 18 añitos gasta un punto de esbeltez mayúscula que deslumbra, y no descubro nada. Un físico moldeado a golpe de pasión y selección natural para que la parroquia viguesa disfrute en su compañía; los demás nos conformamos con verla de cuando en vez desfilar con arrojo sobre la pasarela, en la que despunta más elegante que una gacela. Cursilerías al margen, la chica gasta un tipo de impresión que, a buen seguro no dejará en mal lugar a la Comunidad, en el certamen Miss Earth España al que acude a lucir palmito.
La sesión va de piscina para minimizar la canícula aunque tan sólo sea visualmente. Patricia posa con firmeza, y bien, llamando la atención del personal que andaba ya a esa hora a la búsqueda del frescor del agua. Los niños se acercan y preguntan con admiración a la búsqueda de razones, ven en ella el eco de algo bello, una modelo que deslumbra y perfuma las miradas. Ella se sorprende un poco, servidor también; ahora, después de ver las fotos, ya no tanto.

*Publicado en La Revista 6/07/2013

"Busque, compare"#Iconos

Iconos
Imagen: Manuel Luque, 1985




Manuel Luque

Hay batallas que no restan en los libros de historia y no son batallas menores, las batallas del día a día, las que nos atañen a todos en la lucha por la supervivencia. Todos recordamos a este ejecutivo de empresa, director general de una de aquellas que en pleno aperturismo al mercado exterior hacía aguas sobre la competencia armada en multinacionales de los productos de limpieza. La empresa se llamaba Camp, y comercializaba jabones de marcas muy conocidas al final del franquismo, Colon y Elena; los competidores, Henkel, Lever y Procter & Gamble. Se llamaba Manuel Luque, era de origen canario y gastaba un aire a medio camino de profesor de instituto y ejecutivo de cuentas salido de alguna casposa película del momento.
Las cuentas de la empresa, entonces familiar, dicen que iban de mal en peor acumulando una descomunal deuda de más de 66,6 millones de euros en una plantilla de mil trabajadores hasta que llegó el personaje que reestructuró la compañía, convertido en administrador único tras ceder en él plenos poderes la familia propietaria. Manuel Luque “reestructuró la empresa y la profesionalizó” al máximo en un puñado de años, y no contento con la hazaña, se encorsetó en el papel de hombre anuncio y salió a escena para contarlo en pequeñas píldoras publicitarias, rancias y pelín anacrónicas, que resultaron de lo más práctico. Lo que al principio semejaba un arrojo fuera de lugar, en breve, al ver los resultados y el remonte económico de la compañía a la que los competidores habían sentenciado y negado el pan y la sal, aquel sonoro “busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo”, desafiando con suma transparencia al cliente monocanal del momento, pasó a ser un sonado grito de guerra y objeto de estudio en facultades de publicidad y en masters empresa para ejecutivos.
¿Osadía? ¿Ingenuidad? ¿Suerte? La evidencia,en puro pragmatismo, es que la empresa se convirtió en un fenómeno extraño de remonte económico cuando estaba abocada al colapso y cuentan en la propia empresa que a los pocos años  les permitió emitir deuda por valor de 36 millones de euros. En 1989, cuatro años después de la gesta, la empresa que no valía nada, fue vendida al grupo alemán Benckinser por 216,4 millones de euros. Manuel Luque no recuperaría la gesta, incluso se dice que no acabó bien con los propietarios, pero su hito queda para el relato.

*Publicado en La Revista 6/07/2013

Envolturas de silencio

E l invierno envuelve cada rama entrelazadas entre sí por el frío y la niebla que lo atrapa todo en un escenario de aventura. Todo es ...