Foto: Divine, Shake it up, 1983.
Autor: R. Vinke.
En el caso de Harris Glenn Milstead (1945, Baltimore-1988, Los Ángeles), Divine, es difícil separar al hombre del personaje ideado para amortajar los miedos en una sociedad no precisamente tolerante; con un sobrepeso desde niño y unas maneras muy afeminadas, su adolescencia no fue sencilla.
Divine se dio a conocer como musa del director John Waters, en unos papeles que le servían para dar rienda suelta a su alter ego, el de ese ser orondo vestido de mujer, pequeña melena rubia electrizada y amplio maquillaje para intensificar el misterio de una ambigüedad pretendida; su musa preferida era la actriz Elizabeth Taylor.
Adalid perfecto para visibilizar la contracultura norteamericana de los años sesenta y setenta, Divine y Waters, también homosexual, idearon un mundo personal en el que los personajes discurrían plenos de histrionismo underground y escenas corales que hoy resultan, al margen del tiempo transcurrido, muy alejadas. Waters fue el responsable del propio nombre de Divine que se le ocurrió después de leer a Jean Genet, "Our lady Flowers" (1943), que relata la marginalidad de los homosexuales de la sociedad parisina. A Divine el sobrenombre no pareció importarle, todo lo contrario, le pareció de lo más atinado para el mundo en el que deseaba moverse. Inspirado en el hacer fílmico de Andy Warhol, Waters construye sus primeras películas a mediados de los años sesenta, en 8mm, con una serie de amigos, David Lochary, Divine, Mary Vivian y Mink Stole, habituales en todas ellas. En "Roman Candles" (1966) ya aparecía Divine caracterizado de drag queen, aunque en aquella época su familia desconocía por completo la actividad de su hijo, que aparentemente era peluquero y más tarde montaría una tienda de ropa. Además películas como "The Diane Linkletter Story"(1969) abordaban temas inadmitidos legalmente como historias del LSD y el suicidio. Paralelamente a las películas con Waters, alguna tan conocida como "Pink Flamingos" (1971), Divine inicia junto a Mink Stole su carrera como performer y drag que le haría tan reconocido.
En 1982, ya todo un personaje de culto, se atreve con el mundo del disco con notable repercusión. Su última película con Waters fue "Hairspray"(1988), el año de su muerte.
*Publicado en La Revista 18/08/2013
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