5 feb 2015

Joséphine Baker, la perla negra #Iconos

Iconos

Imagen: Joséphine Baker.

Joséphine baker (1906-1975) era un espectáculo, y su biografía, todo menos lineal. Estadounidense nacionalizada francesa fue la primera mujer negra en protagonizar una película, Zouzou (1934). Desde niña tenía claro que sería bailarina, y así fue, con 14, edad en la que ya estaba casada, había ganado ya un concurso de baile. Se casaría otras tres ocasiones más, la segunda con Willie Baker, un guitarrista del blues del que tomaría su apellido artístico, aunque este matrimonio duraría lo que un suspiro; con 16 años abandona al músico con la intención de probar suerte en Broadway, operación que, sin ser infructuosa, no trasciende como ella deseaba.
Su oportunidad llegaría en Europa, en París, 1925, en un espectáculo que incluía baile, sensualidad a raudales con su particular estilo desinhibido y música de foxtrot, que era lo que se llevaba, o charlestón. Una falda hecha de plátanos, al margen de exótica, pulverizó el corazoncito de los franceses. Más tarde se convertiría en bailarina del Folies Bergère, después en su propio club, Chez Joséphine; en toda aquella primera época fue una reconocida modelo fotográfica y pin-up. En sus espectáculos se acompañaba de un leopardo, que en no pocas veces, dado su carácter nervioso atemorizó a la orquesta.
Sus papeles como actriz en “Princesse Tam Tam” y “Zouzou”, de 1934, no tienen la repercusión esperada, tampoco su gira estadounidense de 1936, a quienes escandalizó la promiscuidad exhibida en su espectáculo y vetada por ello la entrada en algunos hoteles y restaurantes. De vuelta a París se casa con un empresario judío, Jean Lion. La Guerra Mundial la unió a la resistencia francesa, una labor bien reconocida con la Medalla de la Resistencia y la Legión de Honor. Se casó una vez más con el director de orquesta Jo Bouillon. Su bisexualidad -nunca reconocida- le hizo mantener numerosos amantes, y si bien en una etapa de su vida le hizo beligerante con la ocupación alemana, o el movimiento de los derechos civiles de los afroamericanos, no ocurrió lo mismo con su vida sexual.
Hemingway, Le Corbusier, quedaron prendados de su poderoso cuerpo, a imagen y semejanza de un felino. También los cubistas, inspirados en su arte y su ritual de desnudez.

*Publicado en La Revista 5/02/2015


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