12 may 2012

Un oso entre las piernas # ICONOS



ICONOS

Imagen: Francesco Scavullo

Alguien cree que verdaderamente a las mujeres no les gusta mirar sexo? Que las interesadas afirmen o desmientan según proceda. En 1972 a un galán de Hollywood, bigotudo y con aire vaquero que acababa de estrenar Deliverance, una dura película de supervivencia, le hicieron una de esas propuestas que deja muescas en las paredes de la historia. Él, Burt Reynolds, ella, Helen Gurley, directora de Cosmopolitan, publicación norteamericana que vio la luz en el siglo XIX y que, si hoy está dirigida al público femenino, también lució otros momentos de contenidos literarios. Helen, me imagino que cansada de soportar el tirón de las publicaciones para hombres, quiso que la suya fuera la primera en hacer justo lo contrario, sacar a un varón en cueros. Burt fue la víctima elegida después de que ambos coincidieran en un talk show típicamente norteamericano.
   “Apuesto, chistoso, juguetón, tenía un cuerpo maravilloso”, así lo describe Helen en el libro del centenario de la revista. A la pregunta de si posaría para la revista, este dijo que sí; así fue como el estadounidense se descubrió, como Dios lo trajo al mundo, sobre una piel de oso, cabeza incluida, que le hacía de apoyo, y una mano posicionada entre las piernas con la que evitaba las miradas más lascivas. Su cuerpo peludo, en las antípodas del estilo Beckham, daba pie a un estupendo juego de analogías con el animal y a no pocas risas. El fotógrafo, Francesco Scavullo (1921-2004), en tiempos asistente de Horst P. Horst, un grande de la industria a quien la propia Helen le abrió las puertas de la publicación en 1965 y para la que trabajó durante más de treinta años. Suya también es una polémica imagen de Brooke Shields sexualmente demasiado explícita.
  Se publicó una sola imagen, a elección del interesado. La aparición convirtió al actor en toda una celebridad al que por la calle asediaban las hembras en petición de autógrafos. Apunta el propio Reynolds que durante un tiempo en los actos públicos sentía gran pudor en las miradas del sector femenino, ya que tenía la impresión de que le estaban apuntando a sus partes más íntimas. Hoy todo esto suena incluso épico, acostumbrados como estamos a una sobreabundancia icónica, pero en -1972- fue un verdadero hito comunicativo. A Burt le siguieron otros héroes del celuloide con Arnold Schwarzenegger, incluso guapos del momento como el actual senador de Massachussets, Scott Brown.


 Imagen : Burt Reynolds
 Autor: Francesco Scavullo
 Publicación: Cosmopolitan, 1972


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