8 ene 2015

Charlie Hebdo, viñetas libres #Charlie Hebdo

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Imagen: Charlie Hebdo.
Autor: Charb, Stéphane Charbonier, 2012.



Hasta ahora reconocíamos en “Charlie Hebdo” la valentía en defensa de la libertad merced a sus viñetas, ahora lo será también por su trágico final en manos del integrismo fanático, donde 12 personas, incluidos el director de la publicación, Stéphane Charbonnier, Charb, y los dibujantes Philippe Honoré, Bernard Marris, Tignous, Jean Cabut (Cabu) y George Wolinski, perdieron la vida.
Sobra decir que eran históricos en una publicación afilada como un estilete, transgresora y burlona, que ya había vivido otras amenazas y episodios violentos como el del 2 de noviembre del 2011, donde la sede del semanario fue atacada con un cóctel molotov, era heredera de otra homónima cerrada en 1981, por falta entonces de seguidores, y a su vez de la germinal Hara Kiri, publicación del legendario caricaturista François Cavanna, para quien la puesta en práctica del título de su publicación era según decía "el colmo de la estupidez”, Cavanna colaboró hasta su muerte en Charlie Hebdo.
 De tradición libertaria e izquierdista, la publicación adquiere protagonismo en 2006 cuando se apuntó a publicar las viñetas de Kurt Westergaard, caricaturista danés quien tras publicarlas en el diario Jyllands Posten envolvió a su propio país en una crisis inimaginable, con protestas y disturbios vividas por las embajadas danesas a lo largo del planeta. Desde entonces su autor, de 74 años, vive bajo protección policial, sabedor del interés prioritario en su persona. La decisión de sumarse al carro de la defensa de la libertad de expresión, de la que Charbonnier, el director, era un ferviente defensor, y más allá del oportunismo criticado por sumarse a la polémica, ha propiciado que la clase política francesa tuviera que implicarse en la causa democrática, en un país donde viven cinco millones de musulmanes. Desde el atentado del 2011, con escolta, “Charb” tenía claro que renunciar a publicar viñetas de Mahoma era un retroceso imperdonable, y que al igual que se hacía con otras religiones, la cristiana por ejemplo, no era por difamar, menos en un país como Francia, Llico y alejado de las sociedades teocráticas donde el integrismo islámico impera, sino por aferrarse a un derecho que algunos no entienden. DEP, “Charb", y las otras víctimas.

*Publicado en La Revista 8/01/2014

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