16 jun 2014

El hechicero del verano #Iconos#Georgie Dann

Iconos

Foto: Georgie Dann, en uno de sus éxitos, “El Chiringuito, de 1988.


El verano es un territorio cuasi de ficción, y por lo tanto propenso a ciertas anomalías, al menos en lo musical.
¿Cuántas canciones del verano recuerdas? Seguro que muchas responden al mismo padre.
Es probable que se diera un cúmulo de circunstancias, la idiosincrasia del país –años 70, 80-, los usos televisivos del momento; el hecho es que con Georgie Dann, un francés con estudios de conservatorio y dominio de varios instrumentos, se establece una conexión entre sus éxitos musicales -clónicos de laboratorio- y el transcurrir de cada uno de aquellos veranos. “El Bimbó”, “Macumba”, “Carnaval”, “El Africano”, “El Chiringuito”, “La Barbacoa”, “El negro no puede”, “El veranito”, son los títulos de algunos hits que si se nos diera por enumerarlos a todos rebasaríamos el texto disponible ; melodías que son la expresión de una dictadura musical programada y una sociedad que parecía regodearse en un estado febril de bailoteo cutre. Era entrever las cordilleras del estío, antes de que los rigores del calor apretaran, para que se escucharan ya los primeros ecos musicales. Ritmos trillados, pegadizos, agazapados entre letras simplonas que se sumaban a la piel del respetable; canciones acompañadas en las apariciones televisivas de un bailoteo acompasado a base de go-gós dejando entrever cacha. En España los primeros videoclips televisivos se estrenaron con sus éxitos. Hubo décadas en las que Georgie semejaba además lo más parecido a una versión musical del Jordi Hurtado, nada en él cambiaba, ni siquiera su físico.
Es innegable reconocer -no es la intención de quien suscribe restarle mérito- que todo lo que rodeaba su música era lo más parecido a una antesala del cachondeo, pero eso es lo que buscaba en el público; para triunfar a su manera no había que romperse mucho la cabeza, pero sí tener talento para repetir las jugadas. Cuando su reinado empezó a flojear, coincidentes con la aparición de mayor número de televisiones, muchos trataron de de instalarse en su feudo, la no pasaba del primer round. Georgie fue sin duda un especialista en hacer visible una marca musical desprovista de pretensiones de calado, acompañando siempre sus apariciones de un buen número de bellas bailarinas con las que improvisaba bailes en un nivel parejo. La de sus “hits” es una gesta irrepetible.

*Publicado en La Revista 15/06/2014

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