De Poesía
La melodía se rompe y te cargas de razones, de pensamientos crudos;
con los huesos rotos cabalgas sobre el destino iluminado a ras de suelo. Más allá de la esperanza, todo semeja en mil pedazos.
Mientes,
harta del desequilibrio de los tiempos muertos, del aullido permanente a sus espaldas, de las fieras de cristal.
.
"Dime que me quieres, que aún suspiras por lamerte las heridas al borde del edificio imponente de muerte fría", le susurraban al oído. Le incomodaba sobre todo su destino de fugitiva.
Mientes,
siempre mientes cuando las aguas de tu lecho envuelven tus sueños,
cuando los peces de colores agitan pensamientos inverosímiles.
Mientes,
mientras por tus altas cumbres alumbran sonoridades abisales,
corrientes internas con los flujos de un impás.
Lloras,
ensangrentada por tu dolor frívolo, por tu pasión irredenta, por los poemas sin piel esculpidos en la espiral de una ira al acecho;
igual que las lluvias embriagan arcillas a la procura de mano que las mime.
Mientes,
la humedad lo germina todo, incluso la mentira.
Siempre mientes; incluso cuando no mientes.
Ahora salta, corre junto a los sueños rotos.
José Paz |
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