Óscar Rodríguez, 24 años, modelo
El verano ya está aquí, aunque disimule, tal vez por ello uno no puede evitar echarse al mar como quien, con ese pequeño gesto y mucha intención de fondo, se decide a soltar amarras que ya va siendo hora de ver navegar un poco el barco. Camino de una playa de Lampamán, a medio camino entre Marín y Bueu, servidor descubre que el verano no llega porque sí, o para que llegue, muchos se afanan en el oficio de embellecerlo todo como si una simple calita resurgiera de inmediato. Operarios que limpian el entorno, otros que dan retoques a los chiringuitos, y asadores que durante el año se muestran como inertes, paisanos que lustran las paredes de sus casas a pie de playa para dignificar y dignificarse. La belleza hay que buscarla y dejarse seducir por ella. Para Oscar Rodríguez, ourensano del ribeiro pero con acomodo en Pontevedra, la moda hace apenas un año era un horizonte difuso, un año después es otra cosa. Su cuerpo y porte lucen a fuerza de sumo cuidado y mucho trabajo. Lo de la moda es una cuestión lateral, un apéndice de que el chico vale y a todo el mundo le llega el momento de definirse. Tras pasar por concursos de belleza, de fitness, de men´s fisic, y salir airoso, ahora el gusanillo le pica en probar como modelo en cuerpo y alma. Seguro que sí. La sesión la hacemos salvaje, a pie de playa y sin miramientos. El entorno es hermoso, y todo parece dispuesto a ejecutar un trabajo al mismo nivel. Óscar posa bien, no sé si por cuerpo o tablas sobrevenidas, pero así da gusto. Seguro que el gimnasio y el cuerpo ayudan, pero el chico aprende rápido.
*Publicado en La Revista 16/06/2013
Encantado de haber trabajado contigo, una muy buena tarde y muy buen entendimiento. Muchas gracias por esta magnifica sesión fotográfica. Un saludo.
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