23 jun 2013

El poder de los inventos #Iconos # Nikola Telsa.

Iconos

Imagen: Nikola Telsa en su laboratorio


Nikola Telsa

A Nikola Tesla, uno de los grandes inventores de la historia, le persigue un halo de misterio alrededor de su figura refinada y estilizada. Nacido en 1856 en Croacia, sus avatares son tan fascinantes como desgraciados sus desenlaces. Trabajó con Edison, el inventor de la bombilla, del fonógrafo y de la corriente continua, de quien se declaraba admirador cuando sus inventos ya eran de gran valía, éste lo acogió en su seno y se aprovechó de su sabiduría al máximo. Telsa le resolvió a la primera de cambio el gran reto de Edison, el rediseño de los generadores de corriente continua; en pago, una palmadita en la espalda cuando lo pactado era una sustanciosa cantidad de dinero, 50.000$, “usted no conoce el sentido del humor de los norteamericanos”.
Pero al sabio y excéntrico inventor europeo se la daban con queso en todos lados, a Marconi, en 1901, le atribuyeron  la radio cuando llegó a utilizar hasta 17 patentes de Tesla; tras años de litigio la Corte Suprema le enmendó el error en 1943.
El sueño de Tesla era la transformación de la energía radiante en libre, en hacerla accesible a todos los países; tras el encontronazo con Edison encontró acomodo en su rival, el potentado Westinghouse, quien andaba ya en la tesitura de distribuir electricidad a gran escala basada en la corriente alterna, para lo cual el invento de Tesla, el motor de inducción, le vino como anillo al dedo. Se habla de que le prometió una gran cantidad de dinero y 2,5 $ por caballo generado; el pago resultó inviable.
Tesla fue un visionario, un inventor infatigable, más allá de la radio, el motor de corriente alterna, se adelantó a su tiempo con inventos como la transferencia inalámbrica de energía, asentando las bases de inventos que hemos visto florecer en épocas recientes, el correo electrónico, los mensajes de móvil. También se le atribuye el radar, los rayos X, la bombilla incandescente, el avión de despegue vertical, el control remoto, el microscopio eléctrico, etcétera.
Sin embargo, muy a su pesar sus logros han quedado en la sombra de la historia, sus avances han quedado ninguneados, dicen que por innumerables intereses, en los medios quedan registradas sus respuestas hilarantes cargadas de excentricidad. La historia puede reconocerle algún día sus logros, pero él murió solo y empobrecido en una habitación de hotel de Nueva York, tenía 86 años.

*Publicado en La Revista 23/06/2013

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