En columna
José Paz |
Galicia guarda muchas imágenes en su memoria pero hay dos, la de Anxo Quintana junto a Jacinto Rey y la de Alberto Núñez Feijóo junto a Marcial Dorado, que perduraran en el tiempo.
Tiene razón el presidente: “no son más que eso, fotos”, y de hace tiempo. La imagen se nutre de tiempo, tiempo detenido que se desvanece pero del que quedarán los ecos. Ambas encajan en el mismo corsé, sol, un yate, y sus protagonistas distendidos al lado del poder; en la de Núñez Feijóo se perciben rastros de crema solar en su espalda.
Anxo Quintana era vicepresidente de la Xunta cuando se paseaba en el yate del constructor Jacinto Rey, fueron fotografiados a distancia, sin percatarse de ello, aunque dadas las dimensiones de la embarcación lo raro era pasar desapercibido. En el caso de Núñez Feijóo y el entonces 'empresario' Dorado, la imagen es fruto de un posado, los rostros no reflejan pasión pero sí ecos de una situación confortable. Los dos políticos se muestran acomodados en ese guiño a la seducción de los poderosos. ¿Amistad, negocios, un encuentro fortuito?
Desde los ochenta el negocio más lucrativo de las Rías Baixas, más allá de la generosidad del mar, era el tabaco y el narcotráfico. En los noventa Dorado era un portento de los negocios, una época gris para quien ejerciera la política en ese entorno, sobre ellos transitaba una oscura sombra, bien por la presión de lo poco escrupuloso de un negocio o por complicidad.
Es obvio que la publicación de estas imágenes corresponde a unos intereses. En el caso de Anxo Quintana, inmersos como estaban en una contienda electoral, se trataba de minar las aspiraciones del bipartito. En el caso de Núñez Feijóo las imágenes, que ya habían pasado por las manos del juez Vázquez Taín, y cuyos motivos de publicación de momento son una incógnita, abren numerosas vías (las trayectorias, las hemerotecas darán pistas) que con poco esfuerzo pueden acabar serpenteando sobre las cabezas de todos los protagonistas. De momento servidor se queda con una reflexión del ilustre Raúl del Pozo “es difícil hacer dinero sin poder”; el resto son fotos “nada más que eso, fotos”, presidente.
Tiene razón el presidente: “no son más que eso, fotos”, y de hace tiempo. La imagen se nutre de tiempo, tiempo detenido que se desvanece pero del que quedarán los ecos. Ambas encajan en el mismo corsé, sol, un yate, y sus protagonistas distendidos al lado del poder; en la de Núñez Feijóo se perciben rastros de crema solar en su espalda.
Anxo Quintana era vicepresidente de la Xunta cuando se paseaba en el yate del constructor Jacinto Rey, fueron fotografiados a distancia, sin percatarse de ello, aunque dadas las dimensiones de la embarcación lo raro era pasar desapercibido. En el caso de Núñez Feijóo y el entonces 'empresario' Dorado, la imagen es fruto de un posado, los rostros no reflejan pasión pero sí ecos de una situación confortable. Los dos políticos se muestran acomodados en ese guiño a la seducción de los poderosos. ¿Amistad, negocios, un encuentro fortuito?
Desde los ochenta el negocio más lucrativo de las Rías Baixas, más allá de la generosidad del mar, era el tabaco y el narcotráfico. En los noventa Dorado era un portento de los negocios, una época gris para quien ejerciera la política en ese entorno, sobre ellos transitaba una oscura sombra, bien por la presión de lo poco escrupuloso de un negocio o por complicidad.
Es obvio que la publicación de estas imágenes corresponde a unos intereses. En el caso de Anxo Quintana, inmersos como estaban en una contienda electoral, se trataba de minar las aspiraciones del bipartito. En el caso de Núñez Feijóo las imágenes, que ya habían pasado por las manos del juez Vázquez Taín, y cuyos motivos de publicación de momento son una incógnita, abren numerosas vías (las trayectorias, las hemerotecas darán pistas) que con poco esfuerzo pueden acabar serpenteando sobre las cabezas de todos los protagonistas. De momento servidor se queda con una reflexión del ilustre Raúl del Pozo “es difícil hacer dinero sin poder”; el resto son fotos “nada más que eso, fotos”, presidente.
*Publicado en La Región 4/04/2013
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