31 dic 2012

Realidad en cueros #Feliz año




Le he dado infinidad de vueltas “a la cosa” y sigo sin tenerlo claro, o sí, pero desconozco la manera de trasmitirlo -entre café y tostada- con la precisión necesaria sin sonrojarme. La historia está llena de censores capaces de purgar los sueños, el sexo ajeno y lo que fuere con tal de prevalecer su causa particular. No hace demasiado que estos  se encargaban de velar por la moral y escrutaban cualquier atisbo de obscenidad hasta en libros que transitaban por la literatura pura, autores como William Faulkner, James Joyce entre otros muchos fueron perseguidos en los Estados Unidos por la Sociedad para la Supresión del Vicio y muchos editores valientes dieron con los huesos en la cárcel, lo relata con suma maestría Gay Talese en “La mujer de tu prójimo”; en España la censura literaria y de la otra ha sido una constante hasta ayer.
La vida se ha vuelto  pornográfica –nunca de la noche a la mañana- con todo a la vista por culpa de un sistema desinhibido ávido de insinuarse sin recato para ganar adeptos sin suceder absolutamente nada; la avaricia es lo que tiene. La doble moral censora que ha guiado el comportamiento humano a lo largo de los tiempos nunca interviene en asuntos de los que es partícipe. Hace unos días en el discurso navideño del Rey aseveró con firmeza que no todo es economía, por supuesto que no, ¿hay algo más dañino que una realidad en cueros, en la que dejamos los sueños a la intemperie?
Me quedo con una máxima de altura para un año que se presenta obsceno, “dadme un punto de apoyo y moveré la tierra”, de Arquímedes. Que cada uno valore. 

José Paz

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