Lucía Pérez, O Incio, 1985, cantante.
 |
| José Paz |
Seguro que la imagen de Lucía Pérez para muchos quedará durante años asociada al más glorioso certamen de la canción televisiva, Eurovisión, que si no luce todo lo que debe, tampoco se puede decir que sea una estación de paso, entre otras cosas porque su repercusión es de lo más catódica, que en el fondo es lo que importa. Guste o no, la tele sigue siendo la guía espiritual del universo mundano.
Atrapamos a Lucía y a la troupe que la acompaña, como debe ser por estas épocas, camino de un bolo de verano. Hoy toca Monforte, a pie de torre, atalaya gloriosa desde la que durante siglos se trazaban señales inequívocas de alerta que corrían más que un rayo. Desde allí iniciamos una sesión de lujo en las que la joven de O Incio despliega sus alas como si fuera un pájaro, con una alegría y una disposición que ya me gustaría a mí y a cualquiera que fuera modelo dominante. Una sesión de recurso, a pie de la atalaya que nos vigila, y vigila de paso al paisanaje. Lucía es un encanto, todo sencillez, ante la cámara se presenta Gloriosa, como una verdadera princesa.¡Quién fuera príncipe!
*Publicado en La Revista 9/09/2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario