25 jul 2011

Non quero falar de Estambul

“Tener nación, tener origen, nacer: crecer en una banda sensitiva para ser, ser, ser//Génesis de un mundo, para sentir, sentido. Anacos de un abecedario, de Chus Pato.

Humboldt
El paisaje es una pasión sensorial que se ve y se escucha apasionadamente. La composición romántica del mundo entraña una experiencia estética con mediación del conocimiento. Somos lo que pensamos.
      Puede que todo este trabajo no deje de ser una simple declaración de intenciones, un ejercicio de resistencia creativa, una exploración de la identidad personal a través del paisaje. Lo que si tengo claro es que el paisaje es fruto del conocimiento, una construcción socio-cultural, incluso mental; el concepto de naturaleza es otra cosa. Diez años de ensoñaciones, de lucha individual para encontrar una realidad a base de transitar, de reconocer, de establecer una forma de conocimiento y de reconocimiento del territorio. A veces sin tener claro el destino, pero dejando que la verdad surja, que esta sea quien te descubra y te atrape a través de los estados de ánimo, tan importantes a la hora de exploración del territorio.
     Es una obviedad que la globalización no nos ha hecho más libres, puede que nos conectara directamente a un mundo de mercancías y de redes, tan luminoso y “democrático” el, pero a costa de perder ciertas cosas para mi importantes, la identidad, la cultura, el idioma. Todo es ahora un maremágnum de ideas apresuradas y débiles, un entorno en el que todo es semejante, instantáneo, aparentemente reflexivo y digital. En medio de este caos las ideas y la cultura gratis se nos presenta febril e indigesta, en medio de la vorágine de mercados, mercancías y números, corremos el riesgo de olvidarnos del trabajo y del legado que nos da sentido como hombres, pueblo, país o como queráis llamarlo. En la era digital adquieren nuevamente interés esos mundos analógicos y físicos que algunos quieren denostar. Y no es nostalgia, ni una apuesta por los localismos, es la necesidad de enfrentarse a la fisicidad de los elementos, de sentir las atmósferas, lo inmaterial de una cultura que viene de lejos.
   En este viaje autobiográfico y creativo siento la emoción de algunas piezas antiguas como las de “País Celta” de principios del año 2000, primer ejercicio de introspección en el territorio a través de la mano del hombre, de su huella, de ese índice lumínico sobre el paisaje nocturno. La relectura una década después me obliga a repensar lo que en estas imágenes  está recogido y que casualmente encuentran gran conexión  y sentido con piezas recientes como la de “A Coieira”, a nivel creativo y personal llena de descubrimientos. Cómo unas imágenes, al margen de representar una acción determinada se pueden complementar con otros elementos y visiones e incluso hacer del espacio de la intervención una verdadera pieza artística, jugando con el absurdo en sí mismo ya que después de su “inauguración”, después de ese vaciado volvió a cerrarse en sí mismo haciendo que la naturaleza se apropiara nuevamente de él.
 “Non quero falar de Estambul”, al margen de hacer un recorrido por algunas piezas, por distintas series que me ayudaron a darle forma a un proyecto y entender un mundo legado, que admiro y quiero, y al que trato de aportarle otras visiones y conocimientos, explora nuevas líneas por las que pienso que está caminado mi trabajo. Sirva de ejemplo la instalación “Non quero falar de Estambul”, homónima al título de la muestra, que me está abriendo nuevas vías de exploración sensoriales y a complementar la mirada en muchas direcciones. En esta exposición para el Museo do Pobo Galego también he querido que piezas de su colección tuviesen presencia  en la sala estableciendo un diálogo, breve porque no se trataba de construir un bazar.
En fin, espero que todas estas pequeñas cosas, no casualmente expuestas en el Museo do Pobo Galego, sean de vuestro interés, y de paso tomar consciencia entre todos de que somos herederos de una cultura antigua fruto del trabajo –consciente o no- de muchos hombres que nos precedieron.
                            José Paz

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Envolturas de silencio

E l invierno envuelve cada rama entrelazadas entre sí por el frío y la niebla que lo atrapa todo en un escenario de aventura. Todo es ...