17 mar 2014

Adiós a la inocencia #Iconos#Mapplethorpe

Iconos

Imagen: "Orquídea", 1987.
Autor: Robert Mapplethorpe. 

Robert Mapplethorpe

En el jardín de la vida las flores son la fertilidad de la madre tierra; en ellas se personifica la primavera, también en ellas se percibe la fugacidad y finitud de la vida misma. Las flores engalanan por igual a vivos que a muertos, con la salvedad del disfrute -si estás vivo- para olerlas. En ellas se transfieren conceptos edificantes como amor y belleza.
La historia del arte está llena de imágenes de flores, en la mayoría de los casos como un apéndice de un conjunto, los más recurrentes y reconocibles, sin lugar a dudas, los bodegones,  que son  lección de vida y muerte; antes ya estaban presentes en las imágenes mitológicas. En la iconografía religiosa la imagen de la Virgen aparece siempre rodeada de flores como símbolo de pureza. Presentes también en los retratos femeninos con ánimo de resaltar con ellas las mismas maneras exquisitas de las flores.
Sin embargo, con el devenir de los años la flor en sí adquirió un valor simbólico más propio de lo que realmente es y representa, por un lado, el elemento precioso y frágil que atrapa la mirada del espectador más insensible, por otro, en el universo de paralelismos en el que aquí nos movemos, el del propio instrumento reproductor de las plantas, lleno de alusiones si se quiere a la sexualidad humana y a la similitud formal de los órganos reproductores masculino y femenino. El arte a través de la literatura simbolista, modernista, y en su propia extensión a las otras artes, asumió rápido la pérdida de inocencia a través de la mirada floral. Imogen Cunningham, Edward Weston, Man Ray, Tina Modotti, transmitieron a través de la fotografía una imagen de las flores alejada de la tradicional y sobre todo autónoma. La objetualización de las mismas a través de encuadres poderosos, visiones novedosas, sorprendieron la mirada sobre unos elementos tan cotidianos.
Entre los que hicieron de las flores un universo simbólico más avanzado está Robert Mapplethorpe (1943-1987). Quien fuera capaz de escandalizar al mundo con sus imágenes de sexo, repletas de penes y cuerpos desnudos, estéticamente pulcras y desprendidas de ornamentos, fue capaz también de hacer lo mismo con las inocentes flores. Quien haya visto sus imágenes perderá la inocencia para siempre.

*Publicado en La Revista 16/03/2014

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