3 nov 2012

La mueca y el olvido… #Poesía

De poesía



El infierno no era destino,
la gloria se llamaba  ausencia,
y la sinrazón locura.

Nada de guarecerse al claroscuro del cielo,
a la luz de la modestia,
al azote del viento en el otoño.
Ni  gritar en el silencio
instalado en la mesa camilla de la vida,
al atardecer solitario en la alcoba nupcial.
Tampoco tenía ya complejos en desenmascarar su alma,
mostrar sus pechos de mujer en cuerpo hirsuto,
en una especie de ceremonia de extraño duelo.

Apenas quedaban ya esquinas para sobrellevar el misterio, .
ni  luz para superar el espanto cotidiano.

Hazme el amor –su último pensamiento- con esperanza,
 ilumina esos otros mundos
ajenos, esquivos a rabiar; 
y profundamente huecos.

Déjame caminar descalzo,
alcanzar la gloria en el ocaso.
Disparar salvas luminosas al infinito.





José Paz


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Envolturas de silencio

E l invierno envuelve cada rama entrelazadas entre sí por el frío y la niebla que lo atrapa todo en un escenario de aventura. Todo es ...