22 jul 2012

Espíritu nómada. Cristina Pato #Moda

De moda
Cristina Pato, músico




José Paz






     
   Creo que de la Cristina Pato , aquella gaitera “enloquecida “que nos sorprendió a todos hace más de una década queda poco o nada, la búsqueda de cualquier semejanza resulta ya tan injusta como desacertada. Y no sólo es cuestión de tiempo. Desde los primeros compases de la cita la artista deja entrever una personalidad potente pero sosegada, tal vez madurada al compás de su música, y en cualquiera de los registros. De sus tiempos más juveniles restan unas ya reducidas mechas color verde, a modo de gesto de rebeldía identitaria.
     Desde el salón de su casa, elegante y hermoso, el olor a sándalo, la luminosidad y la propia altura de un inmueble antiguo se respira un ambiente sano, el de una viajera del tiempo que un día escondió parte de la ourensanía necesaria en el fondo de su maleta y se plantó en Nueva York con el ánimo de aprender, y así fue, ahora compatibiliza su tareas docentes y académicas con su actividad musical, mayormente en el formato de clásica, sin olvidar la tradición y su gaita que le ha llevado a ejercer una especie de embajadora de Galicia en el mundo, que aunque suene a tópico no va desacertado.
La sesión es una sorpresa más, bajo unas pequeñas y escasas  premisas, Cristina demuestra una grandísima profesionalidad y creatividad en el posado, reinterpretando cada escena a su manera y siempre estupenda. Su profesionalidad va mucho más allá de la música, que quede claro. La sesión resulta cómoda y divertida; de una belleza clásica y hermosa, como la propia Cristina.

*Publicado en La Revista 22/07/2012


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