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Jamie Reid, 1977 |
Paralelo al jubileo de la reina Isabel II de Inglaterra, no el de ahora, tan pomposo y grandilocuente como siempre, sino al de hace 35 años, 1977, cuando unos veinteañeros se convirtieron en una de las mayores preocupaciones de la Casa Real y de Scotland Yard, y no sin razón. God save the Quen, pronúnciese “shave”, afeitar en inglés, el himno de la corona británica versionado por los acelerados Sex Pistols cumple la friolera de 35 añitos, los mismos que el corrosivo movimiento punk, casi nada.
“Dios salve a la reina, y su gobierno fascista; te han convertido en un idiota, una potente bomba de hidrógeno” “no hay futuro en el sueño de Inglaterra”. La historia se parece demasiado a la presente. La convulsa situación de los setenta en Inglaterra con un insoportable paro juvenil daba pie a detonar la bomba en cualquier momento. Johny Rotten, saliendo al paso del escándalo que su single estaba provocando, antesala del imprescindible disco “Never mind theBollokcs”, no me toques…, decía que no se escribe una canción por odio, sino por “estar cansado de que nos maltraten”. Y un 7 de junio del 77 ellos también surcaron las tranquilas aguas del Támesis no en lujosa barcaza pero sí en un bote, interpretando a todo volumen sus atronadores himnos frente al Palacio de Westminster.
La parodia del himno nacional de la mano de los Sex Pistols alcanzó el nº 2 de la lista de Singles Ohrt de la BBC, con el sempiterno rumor de que fue boicoteado para no ser primero, en el que figuraba el incombustible Rod Stweard y su meloso “I don´t Want to Talk about it”. Aprovechándose de toda la efervescencia del momento, de la customizada vestimenta punk y del hágaselo usted mismo, un diseñador, Jamie Reid, adaptó todos aquellos flujos para cocinar y crear algunos de los recursos gráficos más vivos desde la época de las vanguardias. Crecido intelectualmente en mayo del 68 y en el contexto de los situacionistas, Jamie, amigo de Malcolm McLaren, el visionario productor del grupo británico, vio que la hora de los Pistols también sería la suya, y así fue, cada uno de los singles, era una puñalada trapera en el establishment británico, una bocanada de aire fresco y claro candidato a la censura. Su fuente de inspiración, el corta y pega dadaísta; el resto fue cosa de él.
Imagen: God save the Queen
Autor: Jamie Reid, 1977
Single: Sex Pistols
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