26 nov 2015

Liane de Pougy, hasta llegar al cielo #Iconos

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Imagen: Liane de Pougy, cortesana y escritora francesa.

Liane de Pougy

Dicen que consagró sus últimos días a la oración, en la orden de las Dominicas. Tal vez cansada de todo decicidió pasar página, pero no por ello tiene cabida en estas líneas. Anne-Marie de Chassaigne, Liane de Pougy (La Flèche, Sarthe, 1869- Lausana, 1950) formó parte de la entente de cortesanas afamadas de la Belle Époque; ella, La Bella Otero y Émilienne d'Alençon reinaron un día en el parisino Folies Bergère y se llenaron de protectores entre la aristocracia y la monarquía europea de principios del XX como si de un símbolo más de distinción se tratara. Liane era la más culta, también la más refinada además de amante esporádica de Èmilienne. También fue poetisa y escritora.
   Se casó a los 16 con un militar, el teniente Armand, con el que tuvo un hijo. El matrimonio duró varios años; un día el militar descubrió su amante y una bala rozó sus nalgas en el dormitorio donde la pareja retozaba. Huyó de allí;  el principio de un atrevimiento que la llevó todo lo lejos que pudo merced a un sin fín de protectores, el príncipe de Gales, el rey de Portugal, Leopoldo II de Bélgica o Alberto de Mónaco. En ese mundo “distinguido” la introdujo Valtesse de la Bigne, cortesana del Segundo Imperio francés quien tuvo entre sus amoríos a Napoleón III y una cama trono que -hoy- es reliquia nacional. Valtesse, bisexual como Liane, le enseñó si no a disfrutar sí a disimular cuando esta está con un cliente “Una puta debe dedicarse a contar las moscas del techo mientras finge disfrutar”.
    El gran amor de Liane fue la escritora estadounidense Nathalie Clifford Barney, que la llenaría de resentimientos y celos al no poder compartir un destino común en un camino lleno de bifurcaciones. A ella le dedicó una novela "Idylle Saphique”, explícita obra hasta en el título. pero también clara a la hora de anunciar el final. En 1910 se casó con un príncipe rumano, George Ghika, desheredado tras la boda. En 1914, su hijo Marc Pourpe, héroe de la aviación francesa, muere en el frente de la Primera Guerra Mundial. El matrimonio se rompió fruto de las infidelidades; aunque Liane tuvo amantes y suscitó pasiones hasta el final de sus días, poco a poco se dejó guiar por la religión. Sor Marie-Madeleine de la Penitence, así se hizo llamar al ingresar en un convento suizo. Se arrepintió de su vida anterior, y de Natalie, "mi mayor pecado”, “mi mayor placer sensual”, replicaría en su biografía la norteamericana. Al morir, con 83 años, un importante capital pasó a las Dominicas.

*Publicado en La Revista 26/11/2015

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