20 ago 2015

Jeanne Hébuterne y Modigliani, amores trágicos #Iconos

Iconos

Imagen: Jean Hébuterne, 1919.
Autor: Amedeo Modigliani.



Amedeo Modigliani (1884, Livorno- 1920, Paris) fue un bohemio enamoradizo a la par que pintor apresurado y talentoso. Llegó a París en 1906, entre cartas de recomendación y la plata ajustada que le legó su madre; tímido y guapo, se supera a fuerza de aficionarse al alcohol y al hachís. La pasión por la fiesta y el sexo femenino estaría incluido.
Montparnasse le reconocería de inmediato, también Montmartre, donde dibujaba de impresión, con un cartel que rezaba: “Soy Modigliani, judío, cinco francos. Influenciado por Klimt y Utamaro, su pasión por lo femenino se torna en unas figuras estilizadas atrapadas en una sensualidad siempre presente. Muchas fueron amantes, breves encuentros como si la vida fuera un suspiro aferrado al calentamiento del instante. Su labia, porte, contribuyeron al éxito del galanteo. Muchas sí, pero sólo Jeanne Hébuterne -19 años- perdió la cabeza y arruinó su vida por seguir sus pasos. Su fama de pintor fue medrando a la par que se deterioraba la salud -tuberculosis-. Jeanne era una belleza misteriosa encaramada en una melena de ojos penetrantes y mirada angelical; ella misma era pintora y como modelo posaría para Foujita. Al padre de la joven, conocedor de sus andanzas, con aquella relación le dieron un disgusto infinito que no lo superaría ni tras la muerte de ambos. Aquel mismo año -1917- la galería Berthe Weill, en la única exposición dedicada en vida al artista, requiriría la presencia de los gendarmes merced a unos desnudos instalados en el escaparate.
En las postrimerías del fin de la I Gran Guerra, 1918, la pareja se traslada a Niza, allí nace su hija y allí se trata de curar el pintor. La niña sería entregada a una institución para garantizar unos cuidados inalcanzables entonces para los progenitores. Modigliani, enfermo y aburrido, anhelante de la vida bohemia, se aleja del escenario de Niza y regresa a París en busca del final. El pintor siente el presagio de la muerte un 24 de enero de 1920, ella, nuevamente embarazada, está junto a él, bocetando la agonía. Él muere en el hospital; mientras Modigliani es honrado por las calles de París por un amplio cortejo fúnebre lleno de artistas ella salta al vacío desde su habitación en casa de sus padres. Hasta 10 años después no reposarían juntos.

*Publicado en La Revista 20/08/2015

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