ICONOS Ellos lloran, todos lloran
Decía Manuel Ferrol ( Cabo Vilano, 1923-A Coruña, 2003 ) que una vez el barco se alejaba de tierra un gran silencio secuestraba la conciencia de los moradores, que aquello era lo más parecido a un barco fantasma. Se refería al Juan de Garay, transatlántico que unía la ruta de Coruña y Vigo con América repleto de emigrantes a la procura de porvenir.
Si una imagen puede sintetizar la emigración gallega ésta es la de Xan Calo y Xurxo, padre e hijo, el primero ya fallecido, pero no es una historia exenta de injusticia, la misma se repite cada vez que un acontecimiento convierte a los protagonistas en icono y les acaba dañando doblemente, al drama de lo vivido se une la desazón de sentirse mercancía en un supuesto negocio ; y no siempre es cierto. A ellos, que en su vida salieron de su terruño, quiso la historia ubicarlos aquel 27 de noviembre de 1957 para siempre en la entonces Estación Marítima de A Coruña, despidiendo a los suyos, a la madre y a dos de los hermanos del progenitor-¡cuánto dolor!- que lo dejaban todo atrás y se atrevían con lo desconocido. Dicen las frías estadísticas que eso era lo que les sucedía a uno de cada tres gallegos.
La imagen formaba parte de un trabajo encargado por la Comisión Católica de Emigración a un fotógrafo afín al régimen, de hecho Manuel Ferrol convivió en no pocas ocasiones en el mismo Azor con Franco y famila. Tres décadas permaneció agazapada o circulando de tapadillo sin marcar autoría hasta los Ochenta, época en la que explosionó por su gran emotividad. Dicen que en alguna ocasión Blanco Amor se la atribuyó como propia. La obra sintetiza cuanto dolor y sacrificio gestó este país en silencio. Los protagonistas mostraron su resentimiento contra el autor, al que suponían haberse lucrado con ella. Públicamente lo verbalizaron en un tenso programa de los ochenta con Antón Reixa en la TVG, en el que se respiraban recelos, es de imaginar que la foto no es un trago fácil de llevar. Estamos hablando de sentimientos en primera persona y del oficio de comerciar con el sufrimiento ajeno.
La imagen está expuesta en el Museo de Fotografía de Columbia, en los Estados Unidos y el autor, Manuel Ferrol, con gran justicia es el único gallego que forma parte de la “Historia de la fotografía” de Beaumun Newhall.
Si una imagen puede sintetizar la emigración gallega ésta es la de Xan Calo y Xurxo, padre e hijo, el primero ya fallecido, pero no es una historia exenta de injusticia, la misma se repite cada vez que un acontecimiento convierte a los protagonistas en icono y les acaba dañando doblemente, al drama de lo vivido se une la desazón de sentirse mercancía en un supuesto negocio ; y no siempre es cierto. A ellos, que en su vida salieron de su terruño, quiso la historia ubicarlos aquel 27 de noviembre de 1957 para siempre en la entonces Estación Marítima de A Coruña, despidiendo a los suyos, a la madre y a dos de los hermanos del progenitor-¡cuánto dolor!- que lo dejaban todo atrás y se atrevían con lo desconocido. Dicen las frías estadísticas que eso era lo que les sucedía a uno de cada tres gallegos.
La imagen formaba parte de un trabajo encargado por la Comisión Católica de Emigración a un fotógrafo afín al régimen, de hecho Manuel Ferrol convivió en no pocas ocasiones en el mismo Azor con Franco y famila. Tres décadas permaneció agazapada o circulando de tapadillo sin marcar autoría hasta los Ochenta, época en la que explosionó por su gran emotividad. Dicen que en alguna ocasión Blanco Amor se la atribuyó como propia. La obra sintetiza cuanto dolor y sacrificio gestó este país en silencio. Los protagonistas mostraron su resentimiento contra el autor, al que suponían haberse lucrado con ella. Públicamente lo verbalizaron en un tenso programa de los ochenta con Antón Reixa en la TVG, en el que se respiraban recelos, es de imaginar que la foto no es un trago fácil de llevar. Estamos hablando de sentimientos en primera persona y del oficio de comerciar con el sufrimiento ajeno.
La imagen está expuesta en el Museo de Fotografía de Columbia, en los Estados Unidos y el autor, Manuel Ferrol, con gran justicia es el único gallego que forma parte de la “Historia de la fotografía” de Beaumun Newhall.
Autor: Manuel Ferrol, 1957
Fotografía: Emigración
Muchas gracias por este articulo. Patricia Ferrol.
ResponderEliminarEs una imagen que llega a todo el mundo, a los gallegos nos "destroza". Un abrazo
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