31 mar 2013

Escenarios cotiás #Moda # Tito Asorey


De Moda

Tito Asorey, actor, 35 años, Ourense

José Paz











Tito Asorey asume a cita co posto, el e as súas circunstancias que non ten porque ser pouco. Cada vez que vexo a un destes actores do entorno de Sarabela non podo evitar imaxinar de fondo o semblante ledo de Ánxeles Cuña, a responsable -con toda seguridade- do seu existir na escena. El o recoñece agradecido, “para min Ánxeles Cuña é un referente absoluto, a persoa que me abriu as portas do teatro”. As cousas a este home de aparencia inqueda e reflexiva até o de agora lle van ben, acadou un oco, como axudante de dirección na Compañía Nacional de Arte Clásico, combina o labor coa dirección da compañía Il Maquinario creada o ano pasado, así coma outros proxectos paralelos.
Vive por e para escena, “ese universo de sonos a través dos universos persoais” e un o agradece, sempre é gratificante atopar a enerxía deses homes vocacionais impregnados de oficio. Síntese guiado polos novos creadores da escena arxentina, Claudio Tolcachir, Daniel Veronese e Gillermo Calderón; sempre é importante acadar bos espellos.
Acude a cita como dixen, co posto, interpreto porque nel a moda, a imaxe, aínda que seguro que tamén lle importa, non camiña preso del. Utilizamos de fondo un lugar importante, a facultade que lle aportou a dose de formación académica necesaria,a de Ciencias da Educación de Ourense, un edificio de mediados dos oitenta en ferro e cemento de gran interese arquitectónico. Aínda que preso da estrañeza, Tito implicase nas poses con curiosidade e un chisco de distancia, non é fácil, a curiosidade dos estudantes que rematan as clases, o tránsito curioso; o feito de que ti e a túa indumentaria vai a ser examinada non deixa de ser un exercicio non apto para tódolos públicos. Despois de transitar por tódolos recunchos posibles, rematamos no soto,a pé de rúa, satisfeitos; e adeus. As despedidas tamén forman parte da vida.

*Publicado en La Revista 30/03/2013

El último trago #Iconos #Chavela Vargas


Iconos


Foto: Chavela Vargas, 1997
Lugar: Auditorio Nacional, México




Chavela Vargas, 1997

A Chavela Vargas (Costa Rica, 1919 - México, 2012) se la tragó el destino el 5 de agosto del 2012. Vivió en México 80 años de un existir intenso, con altibajos, ninguneo y una gloria a espuertas; cerró ciclo en plena apoteosis, en el 2004 actúo en el Carnegie Hall neoyorquino; con anterioridad, en el 2001, en el Zócalo de Ciudad de México; también en el Olympia parisino; algo increíble para quien había gastado zapatilla de vida bohemia.
Chavela, La Chamana, era la voz del desgarro y la melodía ausente suplida con creces por una proximidad y una rabiosa expresividad comunicativa. Cantaba como un hombre malherido en cuerpo de mujer, lo suyo era de libro, boleros, corridos y rancheras, el abecé del cancionero mejicano en un país que la acogió como suya pero a la que no regaló nada, su éxito le vino del exterior, merced a algunos influyentes amigos, entre ellos Almodóvar y su fino olfato para las melodías a deshora.
Es sabida su afición al alcohol pero sobrevivió a toda la bebida imaginable. Una de aquellas borracheras inmensas se la dedicó a su querido José Alfredo cuando vislumbraba su propia muerte; en su sepelio, la viuda al verla llegar borracha y cantando presa de las lágrimas imploró un rotundo, “déjenla, lo quería tanto como yo”. Eran inseparables compañeros de farras. Las hazañas arrabaleras resuenan a relato pero a duras penas sobrevivió para contarlo. El éxito le llegó tarde, después del tiempo reglamentario, pero con aroma sincero. Más sincero que el interés posmorten de la familia que nunca tuvo a la captura de una herencia gastada de antemano al límite.
En los noventa sus amigos españoles, que los tenía y muchos, Sabina, Almodóvar… apostaron por devolverla a la vida y relanzar su legado. Con la voz más hiriente y rota si cabe, la vimos revivir como un icono de esplendor, incluso interpretar junto al cineasta Werner Herzog. Era un delirio escucharla en su declamar al amor y al desamor como si su patria fuera sufrir y su destino la muerte. Cantaba como un hombre borracho, con temple y arrojo y cada vez más desnuda a la vida, con todo el equipaje a la vista.
Nos deja momentos solemnes de poesía plena, “Piensa en mí”, “Se me olvidó otra vez”, “Macorina”, “La llorona”; canciones que no se dejan escuchar al azar del viento, ni en cualquier momento, necesitan del ánimo más bien elevado. Hagan la prueba.

*Publicado en La Revista 31/03/2013

28 mar 2013

Un Galán antigo #Moda #Antonio Mourelos


De Moda

Antonio Mourelos, Lugo, 54 años, actor



Antonio Mourelo    José Paz









A realidade nos di que o sector audiovisual galego acadou unha relevancia difícil de imaxinar fai uns anos, entre ese elenco de actores, directores e técnicos Antonio Mourelos (Lugo, 1959) fíxose un espazo entre un amplo abano deles, primeiro coma actor de dobraxe, despois coma actor de cine e televisión. Hoxe é un clásico, un galán deses que acadou espazo dentro dos fogares mercé as series que lle brindaron un oco e que se aproveitaron tamén para facer una industria importante.
A parálise do audiovisual nun territorio que presumía de sector e de aposta decidida está a conseguir que os máis fortes resistan fóra. Series como a do “” está chea de actores e técnicos galegos. “Esoutro día durante a rodaxe dun dos capítulos comentaba: esta escena podémola realizar en galego, os tres actores que estabamos nela éramos galegos, e saltou o rexedor si podémola facer en galego, il tamén o era”. En fin, esa é a realidade, e alomenos aos que resistan terán máis visibilidade.
A sesión facémola en Teo nunha mañanciña de domingo no que atracamos a un Antonio que esta a estudar os guións da serie, “cústame moitísimo, é un diálogo arrevesado, de castelán antigo e hai que memorizalo todo e son moitas páxinas, mais levámolo ben”. Advertido de que o de posar en Antonio como que lle manca, facemos unha sesión práctica e rápida, resaltando neses trazos de home duro e enigmático que o seu semblante proxecta. O resultado, el mesmo, Antonio Mourelos, un actor xa imprescindible, e unha lenda para moitos.

*Publicado en La Revista 24/03/2013

Motor de soñador #Iconos #Eduardo Barreiros

Iconos

Foto: Eduardo Barreiros, años sesenta.

Eduardo Barreiros


Eduardo Barreiros (Gundiás, Luintra, 1919-La Habana, 1992) se paseaba por la fábrica como si fuera un currela. El olor a grasa no le abandonaba ni en la inmensidad de la noche; aquel franquismo de precariedad le exigía un plus de imaginación. En las “carreteras” de posguerra los 3HC se vislumbraban en el horizonte como Sancho escrutaba caballeros andantes en los molinos de la Mancha; Eduardo vio en ellos el sueño al alcance de su ingeniería; el EB-1 fue su primer motor gasolina modificado en diésel.
La vida de este ourensano ilustre apunta a la épica desde todos sus ángulos, inclusive en el fracaso, el INI y ENASA, las empresas del régimen, no es que lo vieran mal, es que no querían verlo. El emprendedor se instaló en Madrid con varios fines, uno salvar la compleja orografía, dos, salvar las trabas del régimen. El primero lo consiguió, el segundo, ni de lejos; la factoría Barreiros fue el escenario de una lucha incruenta sobre la que recaían las bombas del INI. Los intentos de aproximación no salvaron las distancias. La precaria automoción estatal y su desarrollo no podía dejarse en manos de un advenedizo por muchas que fueran sus habilidades.
Un modificado motor Perkins, merced a una laguna de patentes, le hizo brillar en su desarrollo industrial del exitoso motor EB-6; la financiación del Banco de Vizcaya en la persona de Tomás de Bordegaray le permitió soñar como un niño. Los motores EB-55, la victoria en el equipamiento a los camiones del ejército portugués le dan un subidón de campeonato, pero el hito sería otro, la manera de sortear las precariedades de un régimen autárquico que sólo sumaba trabas. En 1963 su pequeño camión Barreiros casi vende lo de la estatal ENASA, 4.300 unidades. Tras las retirada del Banco de Vizcaya las alianzas externas demostraron que son armas de doble filo. La relación con la Chrysler en 1962, fue un sueño bonito mientras duró. Él cumplió su deseo de fabricar coches, Dodge Part y Simca 1000, pero fracasó en los cálculos numéricos. Lo que vino después es sabido. Barreiros como compañía automovilística desaparece y se muda directamente en Chrysler España retirando al ourensano a sus cuarteles de invierno. Después de su exilio tecnológico “Barreiros Diésel” se muda en “Dimisa” con la vuelta a la construcción de motores en Pinto (Madrid) demostrando una destreza sin igual, hasta que la brillantez y solvencia de sus motores lo llevan a la Cuba de Fidel, siendo capaz de desempolvar por enésima vez su motor de soñador.

*Publicado en La Revista 24/03/2013

Entre trincheras #Memoria histórica


En Columna
Avatares del destino a uno le hacen poner kilómetros de por medio y sumergirlo en la intrahistoria de otros tiempos. Año 1937, 31 de marzo, la aviación italiana bombardea sin piedad la localidad de Durango, comienza una ofensiva rebelde que rematará a finales de junio con la toma de Bilbao.
La escarpada y montañosa geografía vizcaína y guipuzcoana se encontraba separada por una línea que lejos de ser imaginaria se dispone entre combatientes dispuestos en ella, ambos frentes se reparten sueños, ilusiones y ganas de vivir desde ubicaciones y medios bien distantes. Gipuzkoa en su gran mayoría ya estaba en manos rebeldes, salvo unos resistentes que hacían frente desde Eibar, primera localidad en proclamar la República, y Elgeta; el resto de apoyos republicanos se encontraban encaramados ente los altos de Markina y Aramaiona. La ofensiva rebelde figuraba justo en frente, en las localidades de Bergara, Ondarroa, Arrasate, a la espera de la batalla, contaban con más medios de artillería, infantería y aviación, aunque con muestras de desconexión.
Los montes de Elgeta sobre los que se vislumbra el frente fueron testigo de unas fortalezas constructivas que a modo trincheras de excepción sirvieron de parapetos contra el fuego enemigo. Encaramadas en el discurrir de la montaña, muchas en zigzag para evitar la obviedad en el discurrir de la orografía y dar así protección a la artillería pesada con la que zafarse de la defensa enemiga. La crudeza de la contienda tuvo lugar entre los días 20 y 24 de abril; la desigualdad entre frentes era evidente, la aviación alemana no pudo actuar hasta el tercer día, en el que hizo verdaderos estragos; durante los dos primeros, con numerosas víctimas en ambos lados sí hubo batalla y las trincheras desde las que superviso la escena fueron un arte de lo más útil en lo que a autoprotección y combate se trata. La sensación de transitar ahora sobre ellas, lugares sobre los que se derramó tanta sangre, fusilamientos, canalladas, así como exhumaciones muy a posteriori, provoca una sensación de lo más desconcertante.
Casi en el mismo marco geográfico con muchos años de distancia soy testigo a su vez de otras exhumaciones y una intrahistoria de cutrerío, bastante menos apegada a la épica. Dos operarios del cementerio de la localidad han sido detenidos estos días por vender piezas de oro fruto de exhumaciones. Se tratan de restos de piezas dentales, sortijas, prótesis que tras ser cribadas y proceder a su incineración, aparecieron entre los restos de las osamentas. Son enseres de restos no reclamados por nadie, a quien estos operarios trataban de encontrar acomodo terrenal.
Aun así, el 24 de abril de 1937, las tropas franquistas de Mola entraban en Elgeta, y al pasar miraban hacia aquellas trincheras tan bien trenzadas.


Habitáculo para la ametralladora.         José Paz

*Publicado en el diario La Región 28/03/2013

17 mar 2013

Un tipo da familia #Moda #Rubén Riós

De Moda

Rubén Riós, 32 anos, actor












Rubén Riós vai de mozo cheo de habilidades e non só interpretativas. Gasta a bonhomía e o don de xentes propio deses listos de barrio ou de pobo –Riós- acostumados a buscarse a vida, nótase. Cóntame, como que traza un argumento épico na súa biografía que, desde moi neno, el que era mal estudante, descubriu un don especial á hora de memorizar os papeis a interpretar e así llo fixo saber a súa mestre e a todos os seus compañeiros; e así até o de agora, cine, televisión, teatro e o que faga falta, incluído o Festival das Artes Escénicas “Abelardo Gabriel” que vai pola sexta edición, e que o actor está a promover no seu pobo; nesta edición, coma sempre, virá cargado de sorpresas.
Na sesión descubro a personaxe, a versatilidade dun actor á hora de revivir eses seres que habitan no seu interior, seres que pululan coma o instrumental dun mago, e saen en bucle, e que servidor recibe como as acometidas dunha res brava, sen parar e unha detrás doutra. A Rubén a estas alturas da película, se lle permite todo, el é case un máis da familia.

*Publicado na Revista 17/03/2013

Pólvora en tus ojos #Iconos #William Klein

Iconos

Foto: "Broadway and 103rd Street", 1955
Autor: William Klein


                                                                   William Klein


William Klein (New York, 1928) se volcó en el Harlem neoyorkino -1955- con el mismo instinto y aptitud que años antes, al acabar la contienda mundial, se asentó en el París de su admirado Léger. A Klein "pintor" le guiaba la abstracción que se coló en sus primeras fotografías a modo de lienzo extraño en el que la luz se colaba entre los cartones perforados y recortados, al estilo de las raygrafías de Man Ray.
  Sus imágenes americanas fueron como tiros al lenguaje fotográfico. Al contrario de la pulcritud y elegancia del Cartier-Bresson imperante, lo suyo eran pasos decididos en el camino de la antifoto, haciendo implosionar el grano a la película, desestructurando cualquier régimen alrededor de los encuadres, derrocando la lógica en favor de un caos controlado. Una especie de Robert Frank pero guiado por sus propios parámetros. Klein es a la fotografía una descarga violenta a la par que extraña y sensual, no al estilo de un voyeur, sino más bien de fisgón curioso tratando de implorar a los dioses. Un artista con el disfraz de reportero interactuando con los personajes, riéndose de la vida. Nueva York, Roma, Tokio, Moscú de su mano se llenan de vida. Él sabe recoger la atmósfera de cada ciudad con el mismo espíritu que un músico de jazz se apropia de la melodía precisa. Administrando lo molesto por no estar instaurado, el desencuadre, el movimiento, las deformaciones, el azar. Utiliza el gran angular con la minuciosidad de un ilusionista, recreando la escena y los personajes donde no los había, quizás porque la cámara en su mano es una excusa, un escudo para ejercitar la vida con la destreza en su aproximación.
  A Kleim le excita lo extraordinario y por eso lo busca con insistencia, acercándose y alejándose cuando llega el momento, que es lo que ha hecho con la fotografía a lo largo de una vida tan intensa, nunca ha tenido la necesidad de fotografiar todo ni todo el rato, pero cuando se ponía a ello lo hacía en conciencia. Quienes vieron en el New York, su New York, "algo demasiado triste y afeado", desconocían la acción de la pólvora en sus manos; lo mismo le ocurrió a la moda, en Vogue ejecutó un estilo de lo más personal, a golpe de tele que acabaría imponiéndose; también  en sus  películas de corte experimental, o en la infinidad de "alimenticios "anuncios de televisión.

*Publicado en La Revista 17/03/2013

10 mar 2013

El día que murió Manolete #Iconos

Iconos


Foto: cogida mortal de Manolete en Linares
Imagen: Francisco Cano "Canito", 1947




Canito, 1947


A Manolete, Manuel Sánchez Rodríguez (Córdoba, 1917- Linares, Jaen, 1947 )lo apuró el destino en una calurosa tarde de agosto. Al cordobés lo mató un Miura negro, Islero; una plaza de pueblo en fiestas en cruda posguerra a modo de estación de destino para quien había toreado  en los más grandes cosos. Él torero - siempre pálido y de aire cansino-, estaba recibiendo unas severas críticas en la temporada en curso, también aquella misma tarde Gitanillo de Triana y Luis Dominguín habían recogido sendas orejas y él, en su turno, una sonora pitada. Aquel quinto toro llegaba desafiante para quien se le consideraba una enciclopedia en la suerte de la tauromaquia. Los pitidos del personal en su contra motivaron la faena del "inventor" de las manoletinas y su toreo elegante y vertical, citando de perfil, según apuntan los expertos. El dieciséis de julio de aquel año ya había sido cogido en una pierna en Las Ventas en una corrida de la Beneficencia, era la número veintinueve, la treinta sería la definitiva.
  De rosa pálido y oro -cuentan que su muleta y montera era siempre la misma, y que le gustaban las prendas usadas- Manolete se disponía a matar después de una faena de impresión, de las que al rematar tendrían premio, y lo tuvo. Pero no de la manera que el deseaba, para quien la tauromaquia compararía siempre con Belmonte, aquella tarde sería punto final. Después de apurar el estoque en el morro del animal hasta el infinito se dispone a matar bajo la sonoridad de su pie izquierdo desplazando la arena en su marcha hacia delante, la acción es buena, el acero penetra lo suficiente, pero en su ejecución el azar le empitona con el pitón del destino a la altura del muslo. Islote lo lanza y no lo suelta hasta dejarlo caer de cabeza contra el suelo, antes le da un par de vueltas en el aire. Camino de la enfermería, en ese instante que tienen los moribundos, se acuerda del peligro de ese pitón como le había advertido alquien de su cuadrilla.
  Veinte centímetros de dolor a la altura de la arteria femoral y rotura de la vena safena. En la enfermería quedan depositados las orejas y el rabo de la faena; el toro murió certero. Lo trasladan al hospital de Jaén donde se le practican varias trasfusiones de sangre, la última un plasma sanguíneo cargado de polémica. A las cinco y siete minutos de la madrugada arranca el mito.

*Publicado en La Revista 10/03/2013

Que me pasa doutor? #Xosé Barato#Moda


De Moda

Xosé Barato (Guitiriz), 34 años, Actor

José Paz







 A Xosé Barato xa non lle queda ningún “segredo” por contar, nin o nome, que non é un alcume como eu pensaba, senón o nome do seu primeiro grupo de teatro, baratto, así á italiana, que non significa o mesmo que en castelán pero todo o mundo entende por onde van os tiros, premonición da antesala baixo custe que é a que toca. O do segredo, como é obvio, vai polo de “El secreto de Puente Viejo”, a serie de tanta sona que lle apuntalou nun intrigante e malévolo personaxe e que como a tantos actores lle deu que facer durante unha longa tempada, “antes esas series mercábanse fora, o feito de facelas aquí supón ocupar a trescentas ou catrocentas persoas, que non é pouco”.
 O actor coruñés, aínda que nado en Guitiriz, ademais de corresponder coa fama de comunicador e bo mozo é unha persoa encantadora coa que te sentes como se o coñeceses de toda a vida, e convertes unha sesión improvisada ao máximo nunha especie de performance de bo rolo, algunhas persoas é o que teñen.
A sesión improvísase ao milímetro na súa casa, nun Santiago de outonía e choiva de non escampar. Comecei a facerlle fotos mentres pensábamos o lugar onde facer a sesión, e sen perder un instante, ate que saíu o traballo que vemos. Non hai personaxe, nin máis ficción que a expresividade da súa faciana e uns ollos cheos de viveza.

*Publicado Na Revista 10/03/2013

3 mar 2013

Alma mariñeira #José Suárez


Iconos

Foto: Mariñeiros
Autor: José Suárez, 1934


"Mariñeiros", de José Suárez


José Suárez (Allariz, 1902-A Garda, 1974) recoñecía a dureza dos oficios coa mirada envolvente e pétrea; amaba ás persoas e perseguía outra intención que se notaba na ollada. Como fotógrafo foi pioneiro na mirada etnográfica sobre o territorio e a cultura popular. Esteticamente seguiu parámetros da nova obxectividade e a inspiración das vangardas soviéticas e os seus rechamantes picados e contrapicados. A súa mirada era limpa, simbólica, arroupada por unha gran plasticidade; mirada totémica arredor dunha realidade desexada que ás veces se distanciaba e tornaba no contrario.
  A súa obra plástica estaba cargada de intelectualidade formativa e compromiso liberador, fundamentos que prenderon nel desde o momento que se aventurou cara a Salamanca na procura dunha carreira, a de dereito, e que el sorbeu con intelectuais comprometidos coa humanidade como Unamuno ou Ortega e Gasset, a través da Revista de Occidente, quen lle inculcaron un compromiso coa sociedade e a visión existencialista en boga naqueles tempos. Se o existencialismo, a non existencia dun vivir predeterminado, foi unha guía vital á cal aferrarse, como autor, máis alá da figura do home, a natureza e entorno acadaron gran importancia: a cultura da terra, o mar, impecable a serie "Mariñeiros", o seu traballo máis elaborado.
  A chamada do exilio viviuna por vía de urxencia, marchando da man de Colmeiro cara a Arxentina. En América fixo outra vida con Luís Seoane, Díaz Pardo, Luís Tobío, Alberti; traballou como xornalista e correspondente de medios como “La Prensa”o “El Día”. Pero tampouco alí o seu espírito libre e melancólico tivo demasiado acomodo. O home semellaba sempre nel un foco de fustración permanente, e a cámara a forma de aferrarse á vida, de acadarlle alma e espírito a cada instante a través dunha descrición minuciosa e poética. Fuxe cara o Xapón en 1953, como quen busca acadar una mirada máis austera, tres anos despois regresa a Arxentina onde escribe guións de cine e imparte conferencias; en 1959 regresa a Galicia onde atopa un país imposible segundo o seu prisma vivencial e a súa resistencia a dobregar o pensamento. E sofre, sofre de xeito maiúsculo. Morre en 1974, a carón domar e da alma dos mariñeiros que con tanta intensidade retratou.

*Publicado na Revista 3/03/2013

Dígaselo con versos #Yhadira García #Moda


De Moda
Yhadira García, 19 años, Santiago, cantante



José Paz








Uno se la imagina a medias con su novio Hugo lanzando versos y flores al viento del destino con propósito de esperanza. Lo de mirarse a los ojos mientras se dan la mano vendrá después. No hay melodía suficiente para tanta dulzura. Siempre me han impresionado las personas que construyen el mundo a golpe de acorde de guitarra, bastante más interesante –sin duda- que enarbolar banderas o someter al prójimo. La música es y será el salvoconducto de la vida.
Yhadira García se subió al escenario catódico de Paolo Vasile con la ilusión del fogonazo del momento de gloria y le supo divino. Ahora lo suyo es otra cosa. La melodía amable de la coruñesa está en marcha, atinada como nave que reclama singladura certera. En esta ocasión la nave está en Vidán, a las afueras de Santiago.
De cerca, la joven Yhadira impresiona por la intensidad del brillo de sus ojos azules en un rostro de porcelana que delata pura adolescencia aniñada. Es muy guapa, más cuando concentra la mirada en la dirección correcta. La sesión de hoy es ella, su juventud rabiosa y las ganas de brillar como lucero en el horizonte. Suerte.

*Publicado en La Revista 3/03/2013

Envolturas de silencio

E l invierno envuelve cada rama entrelazadas entre sí por el frío y la niebla que lo atrapa todo en un escenario de aventura. Todo es ...