28 may 2015

Ramoncín, “Marica de terciopelo” #Iconos

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Foto: Ramoncín en "2x2“, programa de TVE, 1978.





Ramoncín, al personaje, todo el mundo le reconoce. No me interesa. Hay otro Ramoncín, el músico, personaje hecho a sí mismo con el descaro que tienen quienes la necesidad vital les ha hecho apretar los dientes. Un músico previo a la Movida Madrileña, que con 28 años había sacado cinco discos a los que no les pondré adjetivos, bueno sí, imprescindibles. “Ramoncín y WC?” (1978), “Barriobajero” (1979), “Arañando la ciudad” (1981); “Corta” (1982); “Ramoncinco” (1984). Después la historia es otra, ni buena ni mala, distinta, y, suya.
“Grupo que empieza en Vallecas necesita cantante. No importa que sea bueno pero que se lo monte bien en el escenario”, rezaba un anuncio de Disco Expres. Siracusa buscaba cantante, en 1977. El fichaje prometía, además de ganas, aquel chaval, menguado y flaco como un palo, se las daba de poeta. “Marica de terciopelo” https://m.youtube.com/watch?v=yt508cJ8DGM “Cómete una paraguaya”, fueron cosecha suya, la música, un escándalo, lo importante, la actitud. Aquellos músicos despertaban los ecos de una música rabiosa, agitada en el extrarradio, pero con temperamento propio. El grupo cambia el nombre por WC?, pero todo el mundo menta a Ramoncín, a él es a quien buscan. Allá por donde tocan, arrasan, no se habla de otra cosa. El músico, a aquellas guitarras entrecortadas y a esa suerte de nihilismo de barrio cantado, descubre que sus provocaciones son correspondidas por un público dispuesto a guerrear las afrentas, huevos, frutas y lo que fuera menester surten la escena. Los músicos, los originales, Jero Ramiro y compañía, son cambiados por Carlos Micheneli, Roberto Jiménez y Manolo Caño, músicos ya experimentados. Ramoncín y WC? (1978) es editado por EMI, a partir de ahí supo imponer su personalidad y sobreponerse a las tiranías de las modas y los estilos. Aquel primer disco es la bomba, un postureo glam -envuelto en cuero, un ojo pintado en rombo- y canciones cargadas de latiguillos libertarios. Sus gestas entran en los telediarios y en las páginas de las crónicas de sucesos de los diarios. ¿Pura provocación? Sí, claro. "Marica de Terciopelo”, en el “2x2”, de TVE, fue pasión y furia, 15 millones de españolitos fueron desafiados. Isabel Tenaille y Mercedes Milá abrieron la espita. Él, el rey, del pollo frito.

*Publicado en La Revista 28/05/2015

15 may 2015

Anita Berber, expresión vivida #Iconos

Iconos

Imagen: Anita Berber.
Autor: Ernest Schneider, 1921.
Ernest Schneider, 1921


El Berlín de los 20 era un cuadro de Kirchner o una escena de Fritz Lang donde la vida lucía tan intensa como si se fuera a apagar mañana. Elegante, enigmática, provocativa, Anita Berber vivió 29 años (de 1899 a 1928). Fue bailarina, actriz, modelo y mujer desinhibida, además de cocainómana. Las postrimerías de la Alemania de la República de Weimar eran algo así como la antesala del purgatorio, con destino al infierno. Icono salvaje del expresionismo, llevó al límite su pasión por la danza, bailando desnuda en cabarets y provocando al personal a golpe de amoríos lésbicos y otras hierbas. Lo mismo se enamoraba de hombres que de mujeres, que bailaba vestida de hombre ejerciendo de "dominatrix" sobre el escenario que encapsulada en un corset de alambre con el pecho al descubierto.


La República se consumía, mientras la noche berlinesa recogía toda la magia ilustrada de una civilización en su fin. En breve, el arte de vanguardia, la expresividad que ilustraba todo aquello, sería arte degenerado con destino a las mazmorras. Mientras, Anita Berber, bebía la efervescencia de su arte igual que disfrutaba del concepto libérrimo de su sexo, unas melodías apresuradas que la iban a consumir muy breve. La cocaína es lo que tiene. Se había casado -1919- con un hombre rico, Eberhard von Nathusius, quien le dio esa independencia que todos sueñan sin mucho peaje a cambio. Aquel mismo año protagonizaría una película, “Diferente a los demás”, de Richard Oswald, una de las primeras películas que aborda la homosexualidad sin provocar un cisma; en 1922, participaría en Dr. Mabuse, de Fritz Lang. En 1922 se casa con su pareja artística Sebastian Droste, “Morphium”, “Casa de locos” y un libro “Danzas de vicio, horror y éxtasis”, con poesías, dibujos y fotografías en actitud viva y expresiva que recoge la esencia de sus espectáculos.
En 1924 se vuelve a casar con un bailarín norteamericano, Henri Chatin-Hoffman, con quien vuelve a conjugar el verbo provocación sin distingos entre escenarios y vida privada que quedaba plenamente recogida por la prensa de la época, quien se hacía eco de sus vida de excesos entre drogas y sonoras orgías. Otto Dix, la pintó ya ausente con la mirada perdida y las manos regaladas sobre sus caderas. Ya no era Anita Berber.

*Publicado en La Revista 14/05/2105



Envolturas de silencio

E l invierno envuelve cada rama entrelazadas entre sí por el frío y la niebla que lo atrapa todo en un escenario de aventura. Todo es ...