José Paz |
Pienso en la posibilidad –espero que lejana- de que un día la noche y el día se pongan de acuerdo, que ambas razonen, y que una de las dos claudique en favor de la otra, renunciando a cumplir con el papel asignado desde tiempo inmemorial. Puede parecer una tontería, pero nos íbamos a enterar de lo que significa perder esta dualidad, vamos, que ríase usted de la crisis.
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